ELIGE VIVIR SIN MIEDO
La aceptación, el principio de la Resiliencia.
Leyendo a Arnold Beisser (Psiquiatra) y su teoría paradójica del cambio, recordé algo que viví hace años, cuando me iniciaba en el mundo de la rehabilitación cognitiva del daño cerebral. Por entonces, trabajaba con un paciente muy joven, qué tras un accidente de tráfico, quedó en silla de ruedas. El impacto para él fue brutal, más aún, cuando empezaba a iniciarse en el deporte profesional. Vida, futuro, etc. truncados y perdidos, es lo que nos decían sus padres y lo que él pensaba. Con este planteamiento venía a diario al centro donde recibía su rehabilitación integral: “no quería vivir”, “ya no le interesaba lo que le podía ofrecer la vida”.
Después de meses sin que nada cambiase, sin que pudiésemos llegar a él o que él nos permitiese actuar o, mejor dicho, que se permitiese seguir, se me ocurrió algo que podría hacerle reaccionar. Por entonces, iba a venir un señor a visitar el centro, el cual, había vivido una situación parecido a este chico: hace años tuvo un accidente de tráfico y quedó en silla de ruedas, teniendo que adaptarse y superar miles de barreras para poder continuar con su vida y que esta le fuese satisfactoria. Imaginé que si este señor hablaba con el chico y le contaba su experiencia o simplemente le trasmitía la idea de que era posible continuar, él podría reaccionar y mejorar su estado anímico y avanzar en su recuperación. El señor accedió, y después de su visita, lo teníamos hablando con él de forma privada. A medida que iba pasando el tiempo, me iba dando cuenta que no sucedía nada, es más, en el semblante del chico, observé más tristeza y rabia, con lo que su silencio se hacia más duro, y mi esperanza se esfumaba. También el señor, se dio cuenta de que no había mucho más que hacer, así que decidió poner fin a la conversación. Pero cuando se marchaba, se paró, giró la silla hacia él y le dijo: chaval, cuando te pongas la silla de ruedas en el culo y te la saques de tu cabeza empezarás a comprender que la vida es mucho más.
En aquel momento y dada la ignorancia que tenía en mis inicios, pensé que la había cagado, que aquellas palabras iban a provocar más daño que beneficio. Y así fue, durante las primeras semanas después de aquello, el chico no vino más al centro. Los padres decían que se negaba, que estaba más cerrado y con mucha más rabia.
Mi sorpresa fue cuando casi al mes, volvió a aparecer por el centro. Lo primero que me sorprendió, fue que al entrar dio los buenos días a los auxiliares que le ayudaban a salir del pequeño bus. Algo había cambiado. Le pregunté a sus fisioterapeutas y me dijeron que había participado durante toda la sesión, que venía más participativo y colaborador. Cuando llego mi turno de intervención, todo fue distinto, me permitió acercarme, inicio el habla conmigo y desde entonces hasta que me fui de allí, su trabajo fue fantástico, mejoró y evolucionó enormemente tanto a nivel físico, anímico como psíquico.
Al despedirme de él, pues mi época de practica acabo, le pregunté por su cambio, concretamente: ¿qué ha hecho o hiciste para dar ese cambio tan importante?, me miró, se sonrió y me contestó: Juan, me puse la silla en el culo.
Como he escrito en muchas ocasiones, todo cambio es posible, sí asumo con valentía, la aceptación. Tomar lo que nos acontece y nuestras circunstancias como algo más que se nos presenta en la vida y que hay que vivir. Como otros miles de ejemplos, qué seguro que conocéis y habéis oído, el ser humano tiene la capacidad de ser RESILIENTE, sobreponerse a la adversidad por muy dura que esta sea. Y se adapta hasta su fin, intentando buscar siempre una solución, solo tienes que elegirlo. El final no importa, nunca fue lo importante, lo verdaderamente significativo es el proceso, como elijo hacer, pensar, sentir, en definitiva, que y cómo quiero vivir lo que soy y lo que tengo. Practicar la vida es una elección, ELIGE COMO QUIERES HACER LA TUYA.
Recuerda las palabras de Beisser: El verdadero cambio se produce cuando una persona se convierte en lo que es, no cuando trata de convertirse en lo que no es.
CLAVES PARA LLEGAR AL CAMBIO PSICOLÓGICO
La resiliencia nos permite afrontar la vida sin ansiedad o sufrimiento
El cambio psicológico no es algo fácil de conseguir. Modificar nuestras tendencias, nuestros hábitos de pensamientos, sistemas de creencias, conceptos aprendidos sobre nosotros mismos y los demás, etc. requiere mucho trabajo. Más aún, cuando a través de muchos de estos procesos y aprendizajes, hemos logrado algunos objetivos o nos hemos protegido. Dejar lo que creemos que es seguro a pesar de que nos genere gran dolor o ansiedad no resulta sencillo.
Cómo terapeuta, me gustaría tener las claves milagrosas para dotar a todos de un cambio rápido, pero la realidad no es esa. No existen fármacos, terapias, aparatos o energías paranormales capaces de producir el cambio psicológico y emocional en una persona de manera inminente.
La resiliencia, como hoy día leemos, no es algo fortuito, ni mágico. La resiliencia es un proceso a través del cual, una persona va aceptando, asimilando, comprendiendo y elaborando aquellas experiencias qué por su intensidad o frecuencia, pudieron llegar a ser traumáticas, hasta el punto, que finalmente consigue flexibilizar e integrar lo que ocurrió a su vida, permitiéndole adaptarse a su nueva situación y circunstancia. La persona resiliente no olvida, no pretende dejar a un lado las cosas que vivió por muy duras que fuesen, no responsabiliza a los demás, las circunstancias o la luna, de sus fracasos. El RESILIENTE, es aquella persona que toma lo que ocurre como una experiencia más de su vida, se permite sentir y atiende a su emoción de manera consciente hasta llegar a comprender los hechos y así mismo. Trata el proceso como un aprendizaje donde cada decisión le va llevando a nuevas respuestas que finalmente desencadenan en nuevas opciones que le permiten ir adaptando lo que el fue a lo que él es, según el momento que le está tocando vivir. La persona resiliente, con cada experiencia, va alcanzando madurez, sabiduría, consiguiendo obtener una mirada del mundo, su entorno y su persona más universal y capaz. Se vuelve más eficiente con la edad y los años.
La persona que se sobrepone a una violación, a un accidente de tráfico grave, un cáncer, una ruptura, la perdida de un empleo, no lo hace de inmediato, como creemos, no puede no sentir el dolor de la perdida, la rabia, el pánico ante lo que viene después del hecho. Es falso que puede evitar pensamientos negativos e intrusivos, es más, se harán reiterativos, persistentes y hasta obsesivos. El que se sobrepone, es el que decide mirar a la vida en su plenitud, aceptando la contrariedad, comprendiendo como la emoción humana es de gran ayuda para su adaptación, el que se permite elaborar los hechos con paciencia hasta encontrar la calma suficiente para tomar decisiones que le permitan adaptarse y abrir el principio del camino de su recuperación. Sobreponerse o cambiar psicológicamente, es un esfuerzo consciente desde la humildad, el conocimiento, la experiencia constante, el desarrollo de un trabajo sostenido y creativo en el tiempo y, sobre todo, teniendo como principio el AMOR A UNO MISMO. PRACTICA LA VIDA DESDE EL AMOR A TI MISMO.
CLAVES PARA UNA AUTOESTIMA SANA
Crear un concepto de ti mismo sano es la clave para una estabilidad emocional
La autoestima no es un palabro que usemos sin más. Sino la manera que las personas tenemos de percibirnos: cómo nos pensamos, evaluamos, sentimos o comportamos hacia nosotros mismos.
Tener una sana autoestima es la base para vivir tus emociones sin degenerar en el sufrimiento extremo de la ansiedad o la depresión.
La autoestima, al igual, que cualquier otro recurso se puede mejorar y desarrollar.
Tener una sana autoestima nos va a permitir afrontar la vida con mayor confianza, lo cual, nos ayudará a conseguir nuestras metas y poder realizarnos.
Una autoestima débil nos lleva a la: autocrítica, irritabilidad, culpa, perfeccionismo, estar a la defensiva y al abandono de nuestros objetivos.
Pero, ¿cómo puedo desarrollar mi autoestima?. Manejando algo tan básico como nuestro lenguaje interno. La manera de hablarnos a nosotros mismos es la clave. El tipo de lenguaje y su forma.
Empezad por observar si en vuestras palabras hay crítica, exigencia, dureza, rechazo, o si por el contrario hay un lenguaje amable, cordial, respetuoso, objetivo y flexible, un lenguaje encaminado a dar sentido y comprender las experiencias de vida como un proceso.
Nuestro lenguaje interno facilitará una autoestima sana y fuerte, si a través de él y con él, somos capaces de dirigirnos a la ACEPTACIÓN de las circunstancias que en cada momento nos tocan vivir. Las cosas son lo que son, sin más. Usando la COMPASIÓN, un lenguaje sin juicios, sin etiquetas. Las cosas no son buenas o malas, feas o bonitas, todo forma parte del continuo que es la vida y su transformación.
Miremos constantemente la REALIDAD, centremos nuestras palabras en el aquí y ahora. Lo que somos, tenemos y podemos en este instante, sin “Y SIS” ni “PEROS”. Una realidad construible desde lo que somos y podemos ahora, siendo conscientes de las mil posibilidades que tenemos a nuestra disposición.
Solo y cuando nos permitamos analizar el mundo con FLEXIBILIDAD, sin la rigidez estúpida de lo ya aprendido o ya sabido, podremos avanzar. Abre tu mente a otras miradas, contempla otros puntos de vista, asume que tu posición no es más que una ínfima posibilidad y que todo está aún por madurar. Tu mundo no es la ABSOLUTA VERDAD.
Usa la CREATIVIDAD como herramienta de cambio. Atrévete a transformar las cosas. No tengas miedo a asumir otras posibilidades, aunque puedan alejarse de tus posiciones iniciales. La vida es un proceso no un resultado. No existen errores, existe un constante aprendizaje.
El único fin, lo único para lo que esta preparado tu cerebro, no es para que seas FELIZ, sino para que seas capaz de SOBREVIVIR. Por ello, permítete a través del desarrollo de estos conceptos, algo que te permitirá acercarte a la felicidad, tu constante ADAPTACIÓN. La persona más feliz, es la que mejor se adapta a sus circunstancias.
COMO REGULAR TUS EMOCIONES EN EL TENIS
Cómo saber competir manteniendo un nivel de rendimiento óptimo
Cualquier deporte llevado a su máxima (la competición) te exigirá una entrega y esfuerzo constante. Más, cuando el deporte que practicas es individual.
El tenis, al igual que otros deportes donde el jugador se enfrenta constantemente a sus miedos, errores y frustraciones en soledad, y donde el objetivo es la entrega de uno mismo al cien por cien, te exige una condición por encima de las demás:
ACTITUD
Y para conseguir esa actitud es importante aprender a regular y manejar nuestras emociones. La EMOCIÓN, es aquello que sentimos físicamente, es decir, lo que el cuerpo nos muestra a través de sensaciones corporales: tensión muscular, inquietud, sudoración, etc, Sensaciones, que todos entendemos como: miedo, enfado, tristeza, etc.
Estas EMOCIONES se activan debido a nuestra manera de interpretar los hechos que vivimos. Es decir, la forma como tu te hablas a ti mismo va a generar la forma en como te sientes y como actuarás ante tus circunstancias de vida.
EJEMPLO:
Situación: Horas antes del partido. Estoy sentado en casa, mi padre me pregunta como me encuentro.
Emoción: Siento un poco de tensión y nerviosismo.
Pensamiento: Pienso: ojalá todo vaya bien, espero no cagarla, espero que me entre el saque, espero que salga un buen partido.
Conducta: estoy callado, serio y me encuentro distante y evasivo.
Consecuencias: ¿?
Situación 2: Durante el partido. Acabo de perder un punto.
Emoción: tensión muscular, enfado, cabreo.
Pensamientos: Vamos crack (ironía), soy malísimo, que vergüenza, soy lo peor, nada me sale bien, que mala suerte, que suerte tiene el otro.
Conducta: hago aspavientos, golpeo la raqueta contra el suelo, verbalizo en voz alta las recriminaciones.
Consecuencia: ¿?
Como ves tu manera de interpretar tus emociones o tu manera de pensar sobre una situación o un hecho marcará toda una reacción compleja en tu organismo, que va a provocar que tu rendimiento aumente y sea óptimo o que tu rendimiento disminuya y sea pésimo.
Lo importante a saber, es que cambiar esto depende exclusivamente de ti y de nadie más. Las cosas no dependen como muchos pensáis, del destino, de la luna, las estrellas o el poder de la mente, ni tampoco cambiará gracias a la suerte, las cosas cambian porque le dedicáis tiempo, trabajo, y constancia, pero, sobre todo, el cambio se optimiza cuando todo se hace desde la HUMILDAD y la ACEPTACIÓN de tus límites. Es la única forma que tenemos de empezar a respetar lo que somos y mejorar.
Aceptamos lo que somos y tenemos, enfrentando la tarea con el sentido de mejorar y entregar todo lo mejor de ti, a fin de crecer y desarrollarte en todos los aspectos de tu vida.
Es decir, no soy grande, no soy un crack, no soy el mejor y no voy a ganar porque sí. Nada de eso te ayudará a avanzar, ni situarte en la realidad de un partido, al contrario, son mensajes que tarde o temprano se aliarán en tu contra, te frustrarán y te sacarán del juego. La idea no es ser el mejor, ni ser grande, la idea es llegar a ser tu y conseguir dar lo mejor de ti para conseguir tus objetivos. Objetivos reales y ajustados a cada momento de la etapa deportiva en la que te encuentras.
Por ello, para manejar las emociones antes y durante del partido tenemos que reconocer varios aspectos, para así poder mejorarlos:
- Las sensaciones físicas: Qué me esta diciendo mi cuerpo. Es cierto, que la competición exige una cierta tensión y actividad para afrontar la tarea, pero has de saber que un exceso de tensión te bloqueará y un defecto te hará no entrar en el juego. Por tanto, es importante que observes tu sensación y busques ese nivel óptimo, pregúntate qué necesitas: Activarte, relajarte, mantenerte concentrado, etc.
- Los mensajes: Los pensamientos, ideas o imágenes que pueden pasar por tu mente. Acuérdate que las emociones hablan y emiten pensamientos que pueden confundirnos. Pensamientos que pueden surgir desde el exceso de tensión, la exigencia, el pesimismo, etc. Es importante, observarlos y trabajar sobre ellos, a fin de buscar un lenguaje interno que te ayude a afrontar.
- Tu conducta: Observa tus actos, el lenguaje corporal es fundamental para manejar nuestra actitud. Ir caminando desanimado manda un mensaje de abandono y derrota, que no solo tu cerebro capta, sino que el contrario también y lo aprovecha. Golpear la raqueta, recriminarse, gritar, son mensaje muy poderoso que pueden anularte y sacarte del partido y hacer que tu contrario coja alas y se vuelva sumamente superior, aunque no lo sea.
Por eso es muy importante aprender a mantener un lenguaje corporal adecuado, manejar y dirigir tus conductas a un objetivo, que no es otro, que tu trabajo dentro de la pista, enfocarte en tu juego en cada punto y mantener un comportamiento activo y abierto al esfuerzo será fundamental.
Cómo conseguiremos ir cambiando esto y acercándonos a una ACTITUD adecuada. Pues, a través de los siguientes pasos:
1. USA UN LENGUAJE QUE TE MOTIVE Y ANIME A AFRONTAR: Deja la autocrítica, la descalificación y el mensaje exigente. Con él no vas a conseguir nada, solo bloquear tu cuerpo y hacer que este no pueda desarrollar su máximo rendimiento.
Hablarte a ti mismo de manera motivadora provocará que tu cuerpo y tu mente siempre estén preparados para afrontar el reto. Cada entrenamiento o partido es un reto para tu aprendizaje. Ábrete a ello. Escucha y enfoca tu atención a realizar los ejercicios con tu máxima intensidad.
Como me puedo hablar: Es importante que busques mensajes reales y que dirijan tu atención a lo que estas haciendo, motivando tu continuidad y trabajo.
- ¡Vamos¡, punto a punto.
- Sigue trabajando
- Cada punto es una oportunidad para aprender
- Los fallos forman parte del juego, sigue trabajando.
- Sigue jugando.
- Atiende a la pelota: viene, bota, golpeo.
Es importante que cada uno busque el mensaje que más se ajuste a él y a cada momento del juego, pero siempre un mensaje real, sin grandiosidad, un mensaje que no hable ni de pasado ni de futuro, que focalice al momento presente del juego y que se centre en el trabajo, y en lo que realmente sabes sobre ti, un mensaje que vaya desde la HUMILDAD hacia la CONSTANCIA en tu trabajo.
RECUERDA: “La adversidad es el primer paso hacia la verdad y la verdad es el primer paso hacia una solución, siempre y cuando haya HUMILDAD para aprender”.
2. MANTEN LA CALMA Y TU NIVEL DE ACTIVACIÓN: No podemos jugar en tensión, enfadados o en un estado de desánimo y desgana. Hemos de mantener la calma y saber en cada momento del partido que necesitamos para autorregularnos. Si necesitamos movernos, si necesitamos respirar, relajar, etc, es vital. Aprender a comprender tu respuesta emocional, es necesario para mantener tu nivel de rendimiento óptimo.
Durante un partido podemos encontrarnos con distintas dificultades, para las cuales has de estar preparado y tener herramientas que te permitan ajustarte y dar diferentes soluciones, por ejemplo, te puedes encontrar con:
TENSIÓN MUSCULAR Y NERVIOSISMO: respira, afloja y trata de soltar el cuerpo. Ayúdate con: Imagínate que eres como el aire, suelta los brazos, las piernas, las manos y muévelas libremente, gira el cuerpo dejando que se balanceen libre y suelto haciendo un swing distendido y liberado. Hazlo varias veces conectando con esa sensación de fluidez y relajación. Comienza el entrenamiento dando varios golpes de esta forma, liberando el cuerpo, da igual donde vaya la pelota, sólo suelta la tensión, déjate que todo el cuerpo fluya y se sienta libre, como el aire. Recupera rutinas que te hagan mantener una armonía, (céntrate en botar la pelota, andar más tranquilo y seguro, tomar un tiempo para secar el sudor, dar unas vueltas a la raqueta, etc).
BE AIR MY FRIEND
BLOQUEO Y TENSIÓN MUSCULAR: a veces, podemos estar bloqueados por la propia rigidez muscular, pudiendo soltar la tensión a través de movimientos repetitivos y constantes, como dar pequeños saltitos, mientras tratamos de aflojar la musculatura. Cierra los ojos por un instante y salta, sintiendo como tu cuerpo se libera, sacude los brazos y las piernas y permite que fluyan con cada salto. Busca esa sensación de sincronización en tus movimientos y ligereza. Vuelve a ser aire. Recupera tu sensación. Utiliza los momentos entre los dos juegos para buscar tu sensación y optimizarla.
PASIVIDAD Y FALTA DE TENSIÓN: Otras veces, puedes entrar en momentos de dejadez o pasividad debido a la frustración que te ha podido provocar la pérdida de puntos importantes o que las cosas no vayan como tu querías o verte sorprendido por el juego del contrario. Para poder salir de esta situación será importante trabajar nuestra activación tanto física como mental. Aprovecha bien el descanso entre los dos juegos para restablecer tus objetivos (reales y ajustados al momento presente) y focalizar tu atención en ello. Vuelve a la pista asumiendo el control de tu lenguaje corporal, muévete de manera más intensa, da unos saltos con mayor intensidad y trata de hacer unos swings, a medida, que focalizas tu atención en los mensajes que aprendiste en el primer punto y en el objetivo elegido para el próximo juego.
3. FOCALIZA TU ATENCIÓN EN LO QUE ESTAS HACIENDO: es sumamente importante mantenerte conectado con lo que estas haciendo. Es momento de prestar atención a cada momento del partido. Cada golpe es importante en el momento que lo haces, no antes ni después. Trata de llevar tu mente al Punto a punto, es ahora cuando estoy jugando. Tenemos que encontrar nuestra ZONA, ese estado de concentración donde todo fluye de manera natural, sin esfuerzo, apareciendo esa actitud ganadora, que permite que la pelota vaya donde yo quiero. Es lo que en el tenis se conoce como MOMENTUN.
Busca el foco de atención: centra tu atención en la pelota, deja que ocupe tu mente, a medida que la ves, síguela: viene, bota (siente el sonido del bote), golpea.
Puedes también tomar aire por la nariz cuando la pelota salga de la raqueta del contrario y soltar el aire cuando golpeas, centrándote en tu respiración.
4. JUGAR Y MANTENER LA INTENSIDAD: el GAMBARU japonés, tener en todo momento la intención de querer dar lo mejor de ti mismo. Aunque no llegues a veces al 100%, al menos, tener la sensación de haberlo intentado. Tener la actitud correcta, no significa querer ganar, sino querer COMPETIR, querer jugar mi tenis con el máximo de confianza en tu trabajo a pesar del resultado. Entregar al máximo, con el objetivo de descubrirte y aprender. Esa actitud te llevará a aprender y crecer de manera indefinida, sin miedo al cambio y la transformación, sabiendo que lo importante es aprender a sobreponer tu juego a cada circunstancia, desde la entrega, el esfuerzo y la confianza.
RECUERDA: El deportista que confía en si mismo, es igual que el guerrero, a medida que avanza en la lucha se hace más fuerte y poderoso. Con cada golpe aprende, con cada encuentro crece, con cada derrota o victoria se hace más consciente de su capacidad. Acordaros de GOKU, y sobre todo del gran RAFAEL NADAL, no le importaba perder o ganar, solo luchar con los mejores, le motivaba combatir, competir con los más fuertes para así crecer y transformarse.
Espero que estos aspectos os puedan servir en el desarrollo de vuestro tenis, que seáis capaces de vivir en GAMBARU (término japonés que significa "da lo mejor de ti mismo, entrégate hasta el final con honor") constante, en la entrega y el aprendizaje paso a paso. Que toméis el juego como una oportunidad constante de crecer, un reto donde participar te produzca la máxima satisfacción.
TRANSFORMATE EN UN SUPER SAIYAN DEL TENIS Y DE LA VIDA. APRENDE A CRECER.
RECUERDA:
Los jugadores mentalmente fuertes juegan mal y ganan. Los emocionalmente inestables juegan bien y pierden.
LA CUESTIÓN ES: ¿VIVES TU MENTE O TU VIDA?
Aprende a salir de tu mente para entrar en la realidad presente y consciente
Las personas que padecen algún tipo de alteración emocional pasan la mayor parte de su tiempo viviendo su mente. Están constantemente fusionando cognición y emoción, lo cual, los lleva a creer firmemente en todo aquello que produce su imaginación.
Los pensamientos, tanto palabras como imágenes, son una elaboración personal y distorsionada de la realidad que vivimos. Cada cual, tiene su propia forma de vivir un mismo suceso. Esa elaboración puede conducirnos a sufrir e interferir en nuestra manera de sobrellevar nuestra vida.
Las personas fóbicas o depresivas tendrían que aprender a desarrollar estrategias de pensamientos que le permitieran comprender sus emociones, saber interpretarlas, tomando posiciones cognitivas que les permitan llevar sus vidas de manera más adaptativa y estables.
Pensad en un filtro, en este caso un filtro de cuatro capas, por donde ha de pasar esa información que a veces viene a nuestra mente sin previo aviso y que cae en bruto, sin limpiar, en nuestro sistema emocional comprometiendo nuestras reacciones y respuestas ante la vida.
Un filtro que depure esos pensamientos e imágenes, permitiendo que podamos tomar más conciencia de lo qué pensamos, de su racionalidad u objetividad, de su utilidad, de la forma en que nos hablamos y dirigimos a nosotros mismos y de la intensidad que provocan en nuestra respuesta emocional.
Sobre todo, un filtro que nos permita diferencia entre lo que significa pensar, imaginar, idear y que es real en nuestro momento presente, aquí y ahora. Un filtro que nos permita vivir de manera más eficiente y práctica.
1ª CAPA------ OBJETIVIDAD-----ayúdate con preguntas que cuestionen la objetividad de tus ideas, buscando pruebas solidas y reales sobre lo que piensas. Mira la historia de tus pensamientos y lo que realmente ha ocurrido. ¿Qué pruebas tengo de que lo que estoy pensando sea cierto en este momento, aquí y ahora?, ¿en qué me baso para llegar a este pensamiento?
2º CAPA----- UTILIDAD ------ Pregúntate para qué te sirve pensar de esa forma, cómo te ayuda a conseguir tus objetivos, qué utilidad tiene en mi vida este pensamiento.
3ª CAPA----- FORMA ------- Cómo te hablas, qué te dices, si es exagerado, dramático o se basa en criterios coherentes y no especulativos. Si te autocríticas o culpabilizas. Si ese lenguaje interno que aparece en tu mente te motiva a seguir o por el contrario te bloquea o te limita. Si te instrucciona y te abre a soluciones reales que te permitan adaptarte.
4ª CAPA ----- INTENSIDAD---- Cómo te hace sentir, cuanta intensidad te provoca. A qué emoción te lleva, si esa emoción te permite reaccionar de manera adaptativa o por el contrario interfiere en tu vida diaria, de tal forma que más que vivir una emoción entras en un sufrimiento continúo y paralizante. ¿Cómo me hace actuar?
Taller para todas las personas que viven con ansiedad. A través del cual aprenderemos a vivir la ansiedad como MEDIO y no como MIEDO. La ansiedad (activación de nuestro sistema nervioso), es un recurso muy poderoso que nos permite ponernos a salvo y encontrar los recursos para obetener mayor seguridad. Usar la ansiedad como medio, te permitirá conseguir mayor autonomía y adaptación. Practicar la vida plenamente se alcanza a través del conocimiento de tus emociones y haciendo un buen uso, tanto de ellas como de tus recursos cognitivos.
PAREJAS: DE LA PASIÓN AL AMOR U OTRAS CONDICIONES
Ocúpate de tu relación de pareja día a día y no en terapias
Qué hermoso y complejo es amar y sentirse amado. El propio amor no es fácil de determinar o explicar. Una misma palabra para definir múltiples estados, sensaciones o fases, da igual como lo llaméis, será amor desde su inicio hasta su final, pues también en su final, sabrás que es amor. El amor es un continuo que va desde la pasión hasta el dolor de haberlo perdido y viceversa, es un flujo constante en ambas direcciones que hace paradas en muchas de sus estaciones a su antojo y capricho. Cuando el amor se expresa en su cara más agradable e intensa, es algo maravilloso, sublime, no hay ninguna sensación que pueda equipararse. Ese amor nos engancha, nos convierte en adictos y locos, capaces de hacer cualquier cosa por tenerlo. Pero en su desgracia, cuando ese amor no es conseguido o correspondido, el efecto que produce en nuestro ser es devastador. Ambas son sensaciones complejas, intensas y cambian al ser humano en un instante, son las que dan imagen al amor, cuando realmente, son las que más lejos están, del amor al que aspiramos todos.
El amor que todos deseamos, el romántico, será provocador de nuestras decepciones más terribles. Vivir en una constante idealización, genera gran decepción y frustración a medio largo plazo. Este tipo de amor coarta, se convierte en carcelero, y secuestra las almas de ambos.
El amor, el de verdad, está en extinción. Son pocos los que lo procesan. Y a medida que nos acercamos a las generaciones jóvenes, ese amor se va diluyendo, es tragado por el impulso, por el deseo, por las prisas y el capricho. Es un amor que no interesa trasmitir. Estamos en una sociedad de consumo, todo es de un solo uso. Los cambios han de ser rápidos y constantes, antes de saborear y conocer lo que tenemos, estamos buscando algo nuevo, el subidón. El esfuerzo agota, la entrega nos absorbe, y la duda sobre la consecuencia, acaba haciéndonos abandonar. Prefiero dejarlo ahora, antes que sufrir después.
Dijo Herman Hesse: “Saberse amado no es nada. Amar, en cambio, lo es todo”. La dedicación al otro, el compromiso con un proyecto, querer compartir una vida con tu pareja, estar dispuesto a asumir el reto del amor, eso, ya no se lleva. Esto es algo reservado para los verdaderos aventureros. Ya no quedan valientes. La experiencia de amar es algo más que sexo, algo más que mariposas en el estómago. Amar significa estar cada día dispuesto a ofrecer a tu pareja lo que tú eres, sin mentiras, desde tu honradez. Amar es tolerar nuestros defectos, hacer frente a los conflictos con el propósito de crecer como pareja, desde la escucha activa para un diálogo consciente y coherente. Amar significa tomar la mano de tu pareja en la oscuridad de los días donde el roce constante deterioró el esplendor de la relación. Amar significa caminar juntos después de la caída, porque realmente hubo y hay AMOR.
PRACTICA TU RELACION DE MANERA CONSCIENTE, DESDE EL AMOR REAL Y VERDADERO.
DEPRESIÓN: LO ESENCIAL PARA SU COMPRENSIÓN Y PREVENCIÓN
Salir de la depresión o cualquier desajuste emocional depende de ti
La depresión es un estado al que podemos llegar todos por distintos motivos. Entre ellos:
- Vulnerabilidad psicológica: surge de nuestra educación, formación, las distintas experiencias de vida y nuestra forma de actuar ante las dificultades.
- Baja tolerancia a la frustración: creemos que todo llega de manera fácil o nos vemos superados por las expectativas.
- Exceso de información manipulada y sesgada que somo incapaces de analizar, integrar y procesar.
- El aislamiento social y el individualismo y paradójicamente la necesidad de pertenecer y conseguir la seguridad en los demás.
- La búsqueda constante de felicidad, entendida como la ausencia de todo sentimiento o acontecimiento contrario a nuestras necesidades.
- La exigencia y el alto grado de competitividad social. Queremos el éxito de manera inmediata, sin preparación o formación adecuada.
¿Cómo podría prevenir mi depresión?
- Fórmate: lee, estudia, presta interés a tu desarrollo intelectual y emocional. Trata de descubrir otra realidad, no asumas tu micro mundo como la única verdad absoluta.
- Define tus objetivos, se honrado/a contigo, con tus propias limitaciones. Aceptar lo que eres o tienes, te permitirá un punto de partida adecuado.
- Define los problemas de manera real: no divagues o especules. Centra la realidad de tu circunstancia para poder proponer soluciones reales y posibles.
- No confundas aislamiento con independencia, compartir con depender.
- No tengas miedo a sentir, el dolor, la tristeza, no te hacen débil, ni infeliz. Dolernos nos enseña a madurar los hechos de nuestra vida.
- Aprende a desarrollarte por ti mismo/a, confía en tus criterios, no existe el error. La experiencia es lo que nos conduce al aprendizaje. Actúa y no esperes. Deja de juzgarte. Se compasivo/a.
Y SOBRE TODO RECUERDA: EL AMOR, EMPIEZA POR UNO MISMO
DIME COMO TE HABLAS Y TE DIRÉ CUÁNTO SUFRES
Más que un libro de autoayuda es un libro de terapia. Crecer a través de las palabras
El lenguaje y la forma en que lo usamos puede ser un arma altamente poderosa y que mal dirigida puede causar estragos emocionales en una persona o grupo y, sin embargo, bien entrenado y enfocado nos puede permitir avanzar en nuestra vida de manera plena.
El lenguaje interno nos facilita la manera de afrontar nuestras tareas, un conflicto, nuestras emociones o acciones en diferentes situaciones.
En las competiciones deportivas de élite, es fácil observar, cómo antes de la prueba la mayoría de los deportistas toman un tiempo para concentrarse, los vemos focalizar su atención en el ejercicio a realizar y como verbalizan cosas entre dientes, es en ese instante cuando están poniendo en marcha ese auto habla que les permitirá mantener una alta motivación.
El lenguaje interno o auto habla es una de las estrategias que más se practican para buscar la motivación, mejorar la confianza y dirigirte paso a paso en el desarrollo tus objetivos.
Esta técnica fue definida por Hackfort y Schwenkmezger en 1993, y consiste en el diálogo interno a través del cual, el individuo INTERPRETA sus sentimientos y percepciones, REGULA y CAMBIA evaluaciones y convicciones, promoviendo INSTRUCCIONES y REFUERZOS. Llevar a cabo este auto habla de manera consciente y dirigida, nos ayuda a manejar nuestros estados de ánimo, a responder eficientemente a situaciones de estrés y crisis de pánico, a manejar la ira, y sobre todo a tener una autoestima, un autoconcepto mucho más adecuado y positivo de nosotros mismos, algo que siempre nos ayudará a preservarnos de los males que hoy día azotan nuestra sociedad: la ansiedad y la depresión producidas por la pobre imagen que muchas personas pueden llegar a tener de sí mismos.
El primer paso para desarrollar este auto habla, es ser consciente de él, escucharlo, tomar nota de, cómo nos hablamos en muchos momentos: no soy capaz, soy la peor, nada me sale bien, soy fracaso, estoy gorda, soy inútil, etc.
El segundo paso es llegar a comprender como este auto diálogo puede llegar complicar y facilitar nuestras capacidades, habilidades, rendimiento y estado de ánimo. Es decir, comprender que es algo que podemos MODIFICAR, CAMBIAR Y USAR a nuestro favor, si lo entrenamos y dedicamos un tiempo diario para ello. Es un proceso a través del cual, produciremos un cambio en nuestras cogniciones, en nuestras emociones, así como en nuestras conductas, llegando a conseguir una mejor adaptación e integración en nuestra vida.
Este auto habla debe construirse siguiendo unos principios necesarios que nos sirvan para potenciar todo lo que somos: ACEPTACIÓN, COMPASIÓN, REALIDAD, FLEXIBILIDAD Y CREATIVIDAD. Un diálogo interno que nos permita ser, SIN JUICIOS, desde lo que soy aquí y ahora, con disposición al cambio permanente como evolución y crecimiento persona, y siempre tomando soluciones creativas, desde una posición optimista, asumiendo el reto como una forma plena de PRACTICAR LA VIDA.
¿CÓMO CUIDAR Y CONSTRUIR LA AUTOESTIMA EN NUESTROS HIJOS?
Cómo hablar a nuestros hijos, cómo potenciar sus cualidades y hacerlos adultos sanos, estables y flexibles para una adaptación constante
La Autoestima podría ser definida como un conjunto de pensamientos internos y emociones que forman la imagen que tenemos de nosotros mismos y la manera con la que nos juzgamos.
Hoy día vivimos en una sociedad compleja, competitiva, donde todo va muy deprisa, haciéndoselo un poco más difícil a nuestros hijos. Son muchos los mensajes, a través de los medios, donde la imagen, el liderazgo, ser campeones, son fundamentos importantes, es decir, ser los mejores y ganar es lo primordial.
Todo parece que se ha de conseguir fácil, casi sin esfuerzo, todo llega con pulsar un botón, como pedía a AMAZON. El esfuerzo, el trabajo diario y la contrariedad, se rechazan, intentándola apartar de nuestras vidas, no queremos que nuestros hijos se frustren, o vivan la decepción, por lo que, finalmente se vuelven más vulnerables ante las dificultades, lo cual, afecta de manera directa sobre su autoestima.
Construir una autoestima fuerte ayuda a desarrollar una personalidad sana, segura de sí misma, aumentando la capacidad de adaptarse a todas las situaciones y hechos que nos acontecen en todas las áreas nuestra vida, ayudándonos a mantener un equilibrio personal y emocional. Por lo que, cuando construimos una baja autoestima, nos encontramos con un niño que mantiene una percepción de si mismo y el futuro, negativos, manteniendo dificultades para afrontar las contrariedades y, por ende, ira adquiriendo una falta de confianza en sus posibilidades y capacidades. Lo cual, a su vez, ira dando lugar a problemas de tipo emocional y de conducta. Algo que vemos diariamente en muchos menores a la hora de afrontar sus tareas escolares, sus relaciones sociales, y su comunicación con progenitores: dependencias, apatía, ansiedad, aislamiento, etc.
La autoestima es algo que vamos construyendo desde nuestros primeros aprendizajes, siendo la infancia, una etapa fundamental en su sana adquisición, por lo que el entorno y ambiente que ofrecemos a nuestros hijos será algo para tener en cuenta y de máxima importancia.
Qué podemos observar en un menor con baja autoestima: lo primero que observamos es un continuo malestar, un concepto de si mismo negativo caracterizado por una sensación de incapacidad para desarrollar cualquier tarea, negación a la hora de afrontar dificultades, falta de recursos para gestionar sus emociones, inestabilidad emocional, etc. En muchos casos, y sobre todo en los menores, la baja autoestima esta estrechamente relacionada con la presencia de otros trastornos o dificultades clínicas, que pueden confundir o encubrir, este déficit.
Entre las manifestaciones clínicas más apreciables y tangibles se encuentran:
- Inestabilidad: Se frustran fácilmente cuando no consiguen sus expectativas. Tiende a querer hacerlo todo bien, marcándose objetivos muy altos, pero sin medir esfuerzos.
- Baja tolerancia la frustración: debido a lo anterior, suelen abandonar fácilmente las tareas, en el juego no saben perder, mostrando actitudes negativas, y creando una percepción aún más negativa, puesto que no consiguen sus objetivos. Al mismo tiempo, que si ganan, pueden provocar situaciones también muy exageradas, queriendo que todos los presentes sepan de su éxito o por el contrario dudar de su victoria, poniendo en entre dicho, la actitud de los demás, como que se han dejado ganar.
- Debido a estas formas, le cuesta hacer y mantener relaciones con sus iguales. Ya que sus comportamientos son complejos, desde: mentir e inventar historias para llamar la atención, realizar conductas arriesgadas o asumir un rol de gallito o payaso para conseguir el protagonismo o refuerzo del grupo, lo cual, los puede llevar a conductas de riesgo.
- Por el contrario, también pueden adoptar una posición de rechazo sobre si mismo, utilizando expresiones como: “nadie me quiere”, “soy muy torpe”, “nadie quiere jugar conmigo”, etc. Combinado con episodios de ira o rabia hacia los demás sobre todo progenitores o personas cercanas y familiares.
- Su inestabilidad los lleva a periodos de tristeza y depre, a otros, donde parece estar enfadado con el mundo.
- Explosiones de ira: por lo expuesto en punto 5, pueden acabar siendo niños con explosiones de mal genio y rabia, creando en el ambiente familiar situaciones muy graves.
Por todo ello y siguiendo nuestro desarrollo, hemos de tener en cuenta que la autoestima, como hemos dicho, se construye, se aprende, al igual que la confianza, y es a través de nuestro contacto con el entorno, en nuestras primeras etapas donde se va conformando, por lo qué, la forma en que los adultos nos dirigimos a nuestros hijos, como le ayudamos a afrontar sus primeras contrariedades será fundamental. El lenguaje que usamos para expresarnos, al igual que nuestro lenguaje interno será una de las bases donde construyamos nuestra autoestima y seguridad, al igual que el lenguaje o estilo de comunicación que usemos para con los demás, favorecerá o no, nuestra forma de vernos y por tanto de relacionarnos con nuestro entorno y los demás, además de como afrontamos los retos que la vida nos propone.
Dicho esto, será muy importante dedicar un tiempo a ser consciente de la manera en le hablamos a nuestros hijos, cómo le presentamos nuestros argumentos ante las contrariedades, para lo que hemos de tener en cuenta aspectos como:
- Le hablamos o nos dirigimos a él: el uso de frases con afirmaciones como “siempre” o “nunca”, no nos ayuda a centrar y definir la conducta problema, y menos aún posibilitar opciones o soluciones. El “siempre” o “nunca”, nos lleva a crear una imagen estática e inamovible, es decir, para el niño no hay salidas u opciones y para nosotros tampoco. Ya que SIEMPRE O NUNCA SERÁ ASÍ.
“Siempre estas llorando”, “nunca se puede tener una tarde tranquila”, “nunca eres capaz de hacer tus tareas solos”, “siempre estas enfadado”.
- Para ello será importante que te centres en la conducta problema y no te refieras a su persona. Ejemplo: En este momento estas llorando y eso te impide atender o hacer tu trabajo, cuando te tranquilices seguiremos con esta tarea.
“Se que es difícil para ti, realizar este ejercicio, pero yo estoy aquí para ayudarte, junto buscaremos una solución. Cuando te tranquilices, lo haremos entre los dos”.
- Es importante que una vez que fijemos lo que queremos, no sigamos insistiendo, y dejemos al niño unos minutos para reaccionar, haciéndole ver que eso que le hemos pedido será nuestra opción. En ese momento mantendremos una posición firme, es decir, no caeremos en manipulaciones ni intentaremos otras estrategias. Repetimos frase, contenido y esperamos que el menor reaccione a ello. Es importante mantener una extinción, es decir, la retirada de la atención verbal, física y ocular, aunque, nos mantengamos cercas y atentos a las reacciones del niño, para seguir con el proceso.
- Si el menor no cambia su actitud, seguir insistiendo cada “x” minutos, entre 2-5 minutos y repetir la misma frase y seguir con la misma conducta.
- Reforzar las aproximaciones: A medida que se acerque a lo que le hemos pedido y queremos, nuestra actitud será de cercanía y motivación. Con lo que le daremos atención visual, verbal y física, conectando con su necesidad o intereses, pero sin perder el nuestro, tratando de mantener nuestros objetivos e ir guiándolo poco a poco, hasta conciliar y consensuar la situación o lo programado.
Será muy importante no olvidar que somos el modelo de nuestros hijos, que en nosotros tienen ese espejo donde se miran, y es a través de él como irán construyendo su confianza, su autoestima, su personalidad y la manera de afrontar las situaciones de la vida real. No olvides, tampoco, que ellos tratarán de complacernos, de conseguir la gratificación, la aprobación y la aceptación de nosotros, buscando reforzar lo que ellos son.
Por lo que será importante aceptar a nuestros hijos tal y como son, valorando y apreciando de manera coherente sus conductas, sus actos, sus reacciones, siempre desde una actitud pedagógica y de evolución.
Los padres representan la fuente de seguridad, los modelos a seguir, el reflejo mismo de lo que los hijos sienten que son, la base fundamental sobre la que construyen su escala de valores y el concepto de disciplina y autoridad. De los padres dependen en gran medida, la mejor o peor evolución de la sintomatología que presenta el menor.
Para ello es necesario tener en cuenta que tu hijo necesita:
- Sentirse aceptado por su familia.
- Sentirse respetado por ella.
- Una familia con unas normas claras y bien definidas. Han de recibir pocas normas, por lo que hay que centrarse en las verdaderamente importantes.
- Que representen una exigencia adaptada a la medida de sus posibilidades.
- Con expectativas realistas.
- Una familia que ofrezca muchas oportunidades para hacer las tareas propuestas.
- Que le facilite la posibilidad de pedir ayuda.
- Que promuevan su participación en actividades extraescolares que le gusten y en las que pueda ser brillante.
- NECESITA DE UN AMBIENTE ORDENADO Y ORGANIZADO
- UN AMBIENTE SERENO, RELAJANTE Y CALIDO.
- Necesita que le preparen con tiempo para los cambios que se hayan de producir en su entorno.
- Una familia que reconozca el esfuerzo realizado por el niño.
- Que le anime y contenga sin una sobreprotección excesiva.
- Que le ayude a situarse y organizarse.
- Que le permitan y faciliten expresar sus sentimientos, miedos o ideas, escuchándole su interés y sin contradecirles.
- Una familia que lo motive y se ponga de su parte, que no sea crítica con cuestiones triviales, evitando descalificaciones y discusiones frecuentes e innecesarias.
- Necesitan que le permitan “válvulas de escape”, pero sin dejarse manipular por sus caprichos.
- Que le den opción de participar y opinar en la toma de decisiones.
- Que mantenga los LIMITES EDUCATIVOS de forma racional, estables e inamovibles.
- Que le ayuden a encarar los problemas y a encontrar una solución sin encubrir innecesariamente sus faltas.
- Un castigo nunca debe ser duro, siempre debe tener un principio justificado y un final explicado.
- No ser nunca humillado ni puesto en evidencia ante otras personas, los temas deben ser tratados en discursos privados.
En manos de los padres está:
- Actuar con paciencia, tolerancia y comprensión.
- Proveer de un ambiente familiar estructurado.
- Dar siempre órdenes muy concretas, claras y fáciles de realizar, monitorizando directamente sus respuestas.
- Ser consistentes, coherentes y previsibles.
- Ser indulgentes, flexibles, ofreciéndoles opciones.
- Hablarle siempre directamente, mirándole a la cara y asegurándose de que recibe claramente el mensaje.
- No activar al niño con su comportamiento. Evitar situaciones que ya saben de entrada que va a ser conflictivas, o tienen posibilidades de serlo.
- No intentar abordar todos los problemas, hay que priorizar ignorando las malas conductas que no tengan una importancia decisiva.
- PONER LÍMITES EDUCATIVOS correctos, adecuado a la capacidad del niño.
- No utilizar el sarcasmo, la reprimenda continua, la ironía, la frivolidad, o la crítica reiterada.
- Hablarle al niño con un tono normal, sin gritar.
- No perder el control.
- Favorecer la autonomía personal del niño.
- Modelar conductas reflexivas.
- Crear buenos hábitos de estudio. Un buen y adecuado calendario de trabajo.
- Reforzar su autoestima.
- Favorecer muchísimo el contacto controlado con otros niños, ir donde estén los iguales.
- Proporcionar un ambiente familiar estructurado. La familia de un niño necesita una organización y estructuración muy clara, las rutinas, ellas son favorecedora de la instauración de conductas reflexivas.
- No mostrar ansiedad ante determinadas situaciones que afectan a sus hijos, modulándose y reflexionar conjuntamente sobre la importancia de esta modulación.
El proporcionar un espejo positivo a nuestros hijos no significa aprobar todo lo que hacen o permitirle que nos dirijan o manipulen. Como he descrito anteriormente, educar a un hijo, conduciéndolo a convertirse en una persona socializada, segura y con una sana autoestima, nos llevará tiempo, esfuerzo y dedicación y necesita tanto de atenderlo y cuidarlos, cuidarnos a nosotros mismos, y seguir unas pautas de comunicación asertivas y responsables.
Por tanto, será importante recordar y trabajar lo siguiente:
- Cómo trabajar sus emociones: Me preguntabais como hacerlo como decirle, pues, por ejemplo, no solo uses palabras para reforzar como (campeón, bien, etc.) sino expresa de manera emocional tu satisfacción o su buen hacer (mama, papa está muy orgulloso/a de ti, me siento muy satisfecho con lo que tu…, estamos muy felices por tu …).
- Como dije antes, es importante estar atentos a los aspectos y conductas positivas que realiza durante el día, con el objetivo de hacerlo consciente de las mismas y reforzarlas. Cuando observes alguna conducta a mejorar, usa frases que expresen la conducta a mejorar, y no lo conducta negativa:
Negativa: Hasta que no dejes de gritar no podrás ver tus dibujos.
Conducta a mejorar, positiva: Cuando me hables con respeto, cuando me lo pidas con respeto, cuando me hables en un tono adecuado, cuando me hables tranquilo te atenderé, escuchare o pondré los dibujitos.
- Como hemos hablado, es importante conectar con ellos, con sus intereses y necesidades, por lo deja que te muestre sus habilidades y capacidades. Pasa un tiempo con él, y que te enseñe sus dibujos, participando de sus juegos, etc. Mostrar interés por lo que hace es una forma muy eficaz y potente de que el niño se sienta competente.
- Mostrar interés e interactuar, reforzar y potenciar, no es sobreexagerar y llevarlo a generar expectativas irreales sobre lo que él es, puesto que esto lo podrá llevar a la frustración. Sea coherente en sus manifestaciones.
- La escucha activa, es otro recurso sumamente importante para conectar con ellos, por muy incoherente que te parezca su mensaje, mantén tu atención y participa de su conversación. Se sentirá escuchado, y que le importas, aportándoles seguridad y confianza.
- No menos importante que escucharle activamente, hablarle de manera asertiva, atender sus necesidades, será hacer du tu hijo un niño dependiente debido a su sobreprotección. Por lo que trabajar su autonomía, ajustando nuestras peticiones a su edad o recursos, será una tarea constante e importante cada día, haciendo que asuma su responsabilidad de manera progresiva y adecuada.
Resumiendo y atendiendo a lo que considero más importante, la manera en como comunicamos con nuestros hijos, os dejo varios ejemplos de lo que sería una comunicación que debilita y otra que ayuda a construir la autoestima y seguridad de nuestros hijos.
Comunicación deteriorante: ¡Qué flojo!, si sigues así no vas a llegar a nada. (etiqueta negativa)
Comunicación constructiva: Veo que todavía no has hecho la tarea (descripción de la conducta). Cuando hagas tus tareas podremos ir al parque (razón para el cambio conductual). Puede que no sepas por dónde empezar (reconocimiento de sentimientos y apertura a una solución “ayuda”). Si necesitas mi ayuda, estoy aquí para ofrecértela (dejo que se responsabilice en su elección). Quiero que en la próxima media hora trates de hacer tu tarea (enunciado de expectativas).
Comunicación deteriortante: ¡Deja de molestarme! ¿Es que no puedes jugar nunca solo? (Rechazo.)
Comunicación constructiva: No me dejas realizar mi trabajo con tranquilidad y atención (descripción de la conducta). Tengo que manda un mail muy importante y necesito estar concentrado (razón del cambio conductual). Sé que te prometí jugar contigo a las cartas (reconocimiento de sentimientos). Pero ahora, necesito que juegues tranquilamente mientras hablo por teléfono, y luego jugaré contigo (enunciado de expectativa).
Comunicación deteriorante: ¡Deja de llorar, como un niño chico! (Etiqueta negativa.)
Comunicación constructiva: Estas llorando desde hace un buen rato (descripción de conducta). Eso no nos ayuda a realizar la tarea y poder ir al parque (razón del cambio conductual). Veo que te enfadas y te sientes frustrado cuando algo no te sale (reconocimiento de sentimientos). Si le dedicamos el tiempo suficiente y trabajamos juntos podremos terminarlo (enunciado de expectativa).
Comunicación deteriorante: Siempre estas igual. (Hipergeneralización.)
Comunicación constructiva: Me prometiste que cuidarías de tu hermano, pero ahora quieres salir con tus amigos (descripción de la conducta). Tu padre y yo tenemos reservadas entradas para el cine y mesa en un restaurante (razón del cambio conductual). Sé que estás molesto por no poder salir con tus amigos (reconocimiento de sentimientos). Pero nos gustaría y esperamos que respetes tu palabra y te quedes en casa con tu hermano (enunciado de expectativa).
EL CEREBRO NO TE ENGAÑA, TU SÍ.
Tu mente hará todo lo posible para sobrevivir. Y tú, tendrás que hacer lo mejor para ti
Tu cerebro esta preparado para una sola cosa, SOBREVIVIR, es decir, conseguir estar vivo a toda costa. Por lo que pondrá en marcha todos los recursos posibles para llevarlo a cabo. Y cuáles son los recursos más efectivos: la ansiedad (anticipar, evitar y huir) y la depresión (aislarte y apartarte). Por lo que, si os dais cuenta, lo más normal será que estemos ansiosos y deprimidos. Siendo lo antinatural estar en un estado de felicidad.
Con lo que habéis de tener en cuenta, que tu cerebro no te engaña, eres tú el que ha construido una idea falsa de lo que es vivir y, sobre todo, de la necesidad de vivir en un estado de constante felicidad. Es más, para llegar a ese estado constante tendrías que hacer uso de drogas que alteraran tu nivel de consciencia y provocasen ese estado euforizante constante, o lo que es lo mismo, vivir drogado.
Y esto es lo grave, que estamos llegando a este punto, que queramos vivir drogados (alcohol, cocaína, hachís, psicofármacos, etc.), todo lo que nos lleve a un estado alterado donde no sintamos, ni padezcamos, donde nuestra única prioridad sea obtener placer y sensación de felicidad.
No queremos las emociones, ni tampoco nos interesa la importancia de anticipar y la necesidad de apartarnos a veces, para poder tomar soluciones que nos permitan adaptarnos de manera eficaz a las contrariedades que nos encontramos en la vida. Lo único que priorizaremos, será, vivir drogados, “EL SOMA” de Aldous Huxley en Un Mundo Feliz. Es más, los mismos que impulsaron esta cultura del positivismo radical (los americanos), dentro de muy poco nos colapsaran el mercado de un derivado de la KETAMINA, para que por fin y de una vez, vivamos totalmente drogados. Es curioso, COCAINA NO, KETAMINA SI. ¿Cómo lo venderán en las farmacias?
Yo, hoy día, me niego a vivir drogado, quiero seguir practicando la vida de manera plena, con mis sentidos alertar, deseoso de percibir y sentir de manera intensa, me da igual, que sea agradable o desagradable, si está en mi vida, yo seré el responsable de comprenderlo, asimilarlo y elegir como quiero vivirlo. DROGAS NO, formación y vida sí, en mi libro Las palabras las carga el diablo os ofrezco una manera de comprender y activar tu cerebro, donde los mecanismos de supervivencia estén puestos a tu disposición y donde la anticipación y la capacidad de parar y tomar un tiempo sean un mecanismo efectivo para afrontar tu vida de manera proactiva y optima. PRACTICA LA VIDA, SIENTE, GRITA, LLORA, RIE, simplemente, VIVE.
EL PODER DE LA ANTICIPACIÓN
La llamada ansiedad, bien usada, es un recurso genial para anticiparnos y protegernos
No existe nada con más poder emocional que la anticipación. De hecho, es una capacidad exclusivamente humana, y que bien entendida es un mecanismo de protección y adaptación extraordinario; el poder de imaginar múltiples posibilidades futuras ante las contrariedades vitales nos permite buscar y dar soluciones a situaciones que están por venir y que previamente hemos vivido de manera parcial o total.
El problema radica cuando esa capacidad se vuelve contra nosotros, como ocurre en la “anticipación ansiosa”. Esta forma de pensar, no nos proporciona ninguna solución u opción que nos permita afrontar y adaptarnos, pues lo único que nos propicia es mayor inseguridad, inestabilidad y desconcierto, además de arrastrarnos a un desajuste emocional significativo y que hoy conocemos como trastornos de la ansiedad.
Esta anticipación ansiosa se basa fundamentalmente en varios aspectos: la infoxicación (exceso de información), algo propiciado hoy día gracias a internet y lo medios de comunicación. El mal uso de la información, tanto en lo que se transmite como en la forma de transmitirlo, (solo se dan noticias de contenido desagradable y desastroso) y la falta de formación intelectual, la falta de interés por la cultura, la lectura, la falta de sentido crítico y creatividad, hacen que nuestros sentidos y emociones se vean interferidos y colapsados por multitud de distorsiones cognitivas que nos llevan a estados de ansiedad y angustia.
En el telediario nos hablan del secuestro de un niño (algo extraordinario y no habitual). Esta noticia, que es retrasmitida, debatida, y seguida hasta su desenlace, nos hace entrar en un proceso de inmersión total, viviéndolo como algo nuestro, lo que finalmente tratamos no como algo aislado, sino como algo que probablemente nos ocurra a nosotros o nuestras familias, es más, empezamos a sentirlo como algo inminente, lo que nos lleva a un estado de alerta constante. Está forma de percibir e impresionar la realidad, lleva a nuestra mente a desarrollar todas las posibilidades en las que nos puede sobrevenir él mal, algo que no pasa desapercibido en nuestro sistema perceptivo-reactivo. Por lo que empezamos a generar una serie de emociones que se traducen en sensaciones físicas de toda clase. Esta asociación entre pensamientos anticipatorios y sensaciones físicas de alerta es lo que conocemos como “fusión cognitiva”, fenómeno por el que damos crédito a todo lo que anticipamos. Es decir, cuando anticipamos algo con contenido catastrófico o amenazante, nos sentimos angustiados, tensos y nuestros cuerpos se estremeces por el miedo que nos produce la mera posibilidad. Esta respuesta, hace que sintamos lo que pensamos de manera real, inminente, haciendo que tomemos medidas de protección (no dejamos salir a nuestros hijos a jugar, estamos constantemente controlándolo), lo cual, empeora la situación, llegando a generar el trastorno. Pues actuamos llevados por esas posibilidades, y no por la realidad que vivimos. Nos atrapamos en nuestra mente, absorbidos por el poder que nuestro miedo le otorga a la anticipación. El problema hoy día no es lo que ignoramos, sino lo que sabemos y el cómo lo sabemos. PRACTICA LA VIDA.
¿CÓMO REDUCIR MI ESTRÉS DIARIO?
Planificar, organizar, crear expectativas ajustadas, ejercicio físico, todo te ayuda a reducir el estrés.
Reducir tu estrés diario significan cambios, y los cambios significan esfuerzo. ¿Quieres?
Estrés, acelero, angustia, ansiedad, pánico, depresión, etc. son expresiones que hoy día oímos entre las personas de nuestro entorno próximo. Todos buscamos maneras rápidas y efectivas de aliviar los síntomas que producen este tipo de estados o desajustes emocionales en nuestro cuerpo: dolor de cabeza, taquicardia, sudoración, dolores musculares, mareos, insomnio, etc. y que generalmente acaba en el consumo de algún tipo de ansiolítico o algún remedio de fitoterapia (valerianas, tilas, etc.)
Pero son muy pocas las personas que se paran a pensar que quizás la solución a estos estados estaría en replantearnos la manera en cómo enfocamos el día a día, las actividades que realizamos, cómo las llevamos a cabo, la manera en cómo ocupamos nuestro tiempo, la forma que tenemos de pensarnos y pensar nuestras vidas, la manera de hablarnos, las expectativas que nos imponemos, nuestras exigencias y sobre todo la manera en que afrontamos las contrariedades que nos propone el ejercicio de la vida. En definitiva, somos nosotros los que activamos nuestro sistema nervioso simpático hasta llevarlo a un estado reactivo y de bloqueo. Por lo que somos nosotros los que, a través, de un ejercicio de autoconciencia deberíamos buscar las estrategias necesarias para encontrar un mayor equilibrio tanto emocional, personal, como físico, y es ahí, donde surge el problema, pues todo lo que significa realizar un esfuerzo dirigido nos da “pereza”, como se suele decir hoy. Y ya sabéis, como he dicho en otros artículos, para que se produzca cualquier cambio psicológico es importante tener claro que es lo que queremos y comprometerse a llevarlo a cabo, dando lo mejor de nosotros mismos.
En este caso, como podríamos reducir estos pequeños desajustes emocionales diarios que nos causan estrés, ansiedad, cansancio, desánimo y que nos interfieren de manera negativa en nuestro desarrollo. Como os he dicho, lo primero que sería importante es ajustar nuestras metas a la realidad que vivimos en todas las áreas de nuestra vida. Metas que han de tener en cuenta tanto nuestras limitaciones como nuestras fortalezas y el tiempo real que tenemos para poder desarrollarlas. En segundo lugar, dedica un tiempo para realizar algún tipo de ejercicio físico (si puede ser al aire libre mejor). La actividad física es un gran recurso para reducir nuestra ansiedad, pensamientos intrusivos y mejorar nuestro estado anímico. No es un capricho, es química. Las sustancias que genera nuestro organismo a través del ejercicio físico nos ayudan a mejorar nuestro estado emocional. En tercer lugar, dedica un tiempo de tu vida a aprender alguna técnica de relajación, bien sea relajación muscular, entrenamiento mental, meditación, autohipnosis, etc. y se constante tanto en su aprendizaje como en su desarrollo. La mayoría de nosotros tomamos estas actividades como tonterías y chorradas, pero cuando se aplican a diario, tienen un resultado muy potente en nuestro estado de ánimo, propiciando una gran mejora en todos los aspectos de nuestra vida. Y por último y no menos importante Practica la Vida con amor, con respeto a lo que somos y lo que hacemos, valorando cada segundo de tu vida. No olvides que todo es tu tiempo.
DEPRESIÓN: LA TRAMPA DEL REFUERZO Y LA SOBREPROTECCIÓN
La ayuda mal enfocada puede llevarte a una depresión crónica
Estar depresivo no es agradable y menos aún, buscado. La depresión es un estado emocional al que se llega por diversos motivos. El principal es la falta de recursos psicológicos para afrontar determinadas situaciones vitales. Eso que llamamos vulnerabilidad psicológica.
Una vez deprimidos, el sujeto se encuentra en un estado de indefensión que le impide desarrollar su vida con normalidad, invirtiendo mucho esfuerzo para realizar cualquier actividad, lo cual, genera una reacción adversa (una percepción más negativa y compleja de su vida).
Llegados a este punto, las reacciones por parte de su entorno no se hacen esperar, multitud de "psicólogos" aparecen de los rincones dando sus recetas definitivas, adoptando comportamientos muy diversos que van desde la protección desmesurada hasta la exigencia y crítica constante por el hecho de seguir depresivos, conductas que no ayudan y agravan el trastorno.
Muchas de estas conductas, refuerzan negativamente la depresión, existiendo ganancias secundarias, qué sin ser advertidas, crean una gran ambivalencia, convirtiéndose en una trampa depresiva y ansiosa:
La primera, es la atención de todos los miembros de la familia. Es la reacción natural de protección, haciendo que el depresivo se encuentre con un mayor apoyo y atención. En principio, esto brinda la oportunidad de que todos se acerquen y traten de comprender lo que ocurre, para así ofrecer una ayuda que permita de nuevo recuperarlo. Aunque al mismo tiempo, va creando en él una necesidad qué de cara a recuperarse, sabe que lo devolverá a su rutina y soledad. Por lo que a veces, seguir depresivo permite tener esos apoyos. Es decir, empezará a crear una dependencia y necesidad que inconscientemente lo mantendrá en un estado depresivo.
Lo segunda es evitar responsabilidades. Cuando otros asumen las responsabilidades, permiten una liberación, haciendo que deje de asumir ciertas cargas diarias que debido a su vulnerabilidad no asumía de manera correcta. Esta descarga, de nuevo genera una gran ambivalencia, por un lado, hay un gran alivio, por otro una gran culpabilidad.
En tercer lugar y no menos significativo, salir de situaciones incomodas: al estar en este estado, los demás para no incrementar la depresión, aplazan hechos o situaciones incómodas que puedan hacer sentir peor al depresivo, provocando de nuevo un gran alivio y tranquilidad, algo que no es otra cosa que procastinar y no afrontar su vida diaria, debilitándolo aún más y haciendo que tanto su confianza, su seguridad y autoestima se vean fuertemente deterioradas.
La actitud de los familiares ha de ser cercana, próxima, respetuosa, comprensiva y compasiva, pero no protectora o en su caso extremo dura y exigente. La persona depresiva necesita un tiempo para encontrar los recursos psicológicos que le permitan ir saliendo. El apoyo será proporcionado, sin quitar cargas y sí compartiendo sus rutinas y que haceres, sin suplantarlo, animándolo a seguir con su normalidad. Es importante tomar las dificultades y junto a él buscar las soluciones oportunas, haciéndole útil y participativo. Si hacen las cosas con calma, coherencia y respeto, la depresión pasa. Practica la vida con inteligencia emocional.
PSICOLOGÍA PARA PADRES DE UN ADOLESCENTE
No hay recetas, ni libros mágicos, vivir con un adolescente es algo maravilloso, al mismo tiempo que retador y dinámico.
El diálogo, la empatía, la flexibilidad y el compromiso son aspectos fundamentales en esta etapa
Tratar con un adolescente siempre es una experiencia única y que como padres nos lleva a extremos insospechados. Es decir, nos lleva a sacar de nosotros lo mejor o encontrar en nuestro interior lo mas terrible de nosotros mismos. Y eso en minutos. Es decir, lo que significa ser adolescente, un estado de cambio emocional constante, donde los cambios de humor, las exigencias, el egoísmo, la necesidad de reivindicar una posición a pesar de que sus argumentos estén fuera de toda lógica, van a estar a la orden del día y a veces nos llevarán a momentos de desajuste emocional significativos, que podrán interferir en todas las áreas de nuestra vida, tanto personal, emocional, laboral como en nuestra vida de pareja.
La adolescencia llega y no podemos ni evitarla, ni saltarla, pero si podemos elegir como vivirla, como afrontarla, como pensarla y como queremos actuar frente a nuestro adolescente en todo momento. Es un ejercicio que requerirá grandes dosis de paciencia, tolerancia, creatividad y sobre todo grandes dosis de AMOR, mucho amor, puesto que si esto no está presente dudo mucho que aceptéis el compromiso de educar a un adolescente y no morir en el intento. Y no solo hablo de amor a vuestro hijo sino también de amor a vosotros mismos.
En primer lugar, hemos de entender que la tensión y la confrontación serán constantes en esta etapa, por lo que nosotros (padres), hemos de buscar la manera de bajarla constantemente.
Como sabes, eres adulto y tus lóbulos frontales están completamente desarrollados, por lo que tu capacidad de autocontrol es más eficiente que la de tu hijo.
Autorregularnos es el primer paso para conseguir el equilibrio que buscamos en este tránsito. Para ello, será importante que dediques un rato a realizar ejercicio físico, a conversar con tu pareja y hablar de vosotros y las cosas que son importantes en vuestro tiempo libre (no solo os dedicáis a educar), compartir vuestra preocupación y tratarla con compasión y calma.
Ninguno tiene la razón, o tiene la clave para abordar esto con eficacia o precisión, por lo que hemos de estar dispuestos a escuchar, y buscar consenso en aquellas cosas que emprendamos, sobre todo en las acciones a realizar con vuestro hijo.
Vuestro hijo está en este momento más en modo mono que en modo racional, por lo que sus impulsos, sus emociones y sus intuiciones rigen más que la racionalidad o el sentido común. Por tanto, ya sabes lo que significa enfrentarte a un mono. En los documentales, te dicen, que no los mires a los ojos, que relajes tu cuerpo y no emitas señales de desafío, que te acerques despacio y progresivamente, que no vayas directo, que dejes que ellos te vayan integrando y respetando, hasta que te dejen formar parte, es decir, es un proceso lento y largo de acercamiento. Y es lo que hemos de mantener siempre.
Pero, os comprendo, también sois padres y queréis que respete ciertas disciplinas, ciertas normas, queremos que aprenda a entender que existe una convivencia y unas responsabilidades.
Lo hará, pero no como vosotros queréis, ni en el momento que pensáis. El no piensa en estos momentos en responsabilidades y futuro, él está en vivir, experimentar, sentir y tomar el día como viene. Tiene todo el tiempo del mundo, vosotros no, nuestro tiempo se nos hace más corto y queremos sobreguardarlos, queremos ponerlos a salvo de las dificultades que van a venir, que tengan suficientes recursos para afrontar sus vidas. Pero olvidáis que nuestros recursos están limitados y que como vosotros en la mayoría de los casos y en un 90 por ciento, aprenderá de su propia experiencia. Es cierto, que en la sabana y en la selva hay criaturas que les pueden hacer daño, incluso arrebatártelo, es algo que va implícito en la vida, y tendremos que aceptar por muy difícil que sea, y sólo, podremos prestar atención a lo que nosotros podemos hacer.
Qué hacer:
- Estar abiertos siempre al diálogo. Dialogamos en los momentos oportunos. Es decir, no cuando hay un enfrentamiento directo, en ese caso, saldremos de la situación, pidiendo calma. Frases como: cuando te calmes seguiremos esta conversación, cuando me hables con respeto te escucharé, cuando estés dispuesto a escuchar y dialogar hablaremos, cuando me lo pidas de una forma correcta lo pensaré, te entiendo y comprendo, pero cuando estemos más calmados seguiremos está conversación, etc.
El dialogo siempre ha de estar presente, pero en un contexto adecuado y de calma. Nadie escucha a nadie en un estado de tensión.
- Consensuar: el diálogo nos permite, debatir, el debate no es pelea ni agresión, es debatir, es decir, expresar argumentos sobre nuestro punto de vista o nuestras demandas. Y sobre todo, el debate, requiere ESCUCHAR de manera activa, es decir, la otra persona también participa y nos quiere trasmitir sus ideas, y aunque vayan muy en contra de las vuestras o vosotros no estéis muy de acuerdo, son las suyas, hay que asimilarlas, aceptarlas y debatirlas con respeto.
Buscar vuestros momentos para el debate será importante. Es necesario proponerlo, hablar de normas y respeto. Es decir, cuando algo ocurra, cuando aparezca un problema, ambas partes podrán disponer de este recurso. Podemos comunicar a la otra parte, que cuando pueda queremos un momento para poder hablar de ciertas cosas, o poder revisar los acuerdos que hemos acordado. Es decir, nada es fijo y todo puede ser modificado, pero de forma adecuada y consensuada. No podemos romper los pactos porque si o cuando nos de la gana.
Los limites y normas deben ser consensuadas y preestablecidas. Todos debemos saber a lo que nos enfrentamos.
- No busquemos castigos, busquemos consecuencias. Los castigos cerrados no sirven y no ayudan. Decir a un hijo no sales en un mes, no es ninguna solución, decir te quito el móvil tres semanas no va a corregir absolutamente nada. La consecuencia consiste en buscar alternativas que corrijan de verdad su conducta, que lo lleven a una consciencia de lo ocurrido y lo hagan activar sus recursos para buscar alternativas y soluciones. La consecuencia al desorden de su habitación sería dejarlo que viva en su desorden sin que nosotros intervengamos. Es decir, si en algún momento requiere algo, nosotros no actuaremos, solo diremos que las cosas estarán donde él las haya dejado. Si algo está sucio, lo estará porque el no ha realizado las acciones oportunas para que este limpio, es decir, no lo ha llevado a la ropa sucia, no lo ha metido en la lavadora, no lo ha recogido de la cesta de la ropa limpia, etc. Disponer de algo será consecuencia de que el se haya encargado de prepararlo.
Tu paga, es una consecuencia del esfuerzo diario, del trabajo que tu desarrollas durante la semana. Ese trabajo se debe acordar, es decir, cuales son los aspectos que se tomarán como medida: estudiar, colaborar en determinadas tareas domésticas, etc.
- Los estudios son un deseo nuestro y una voluntad de él. Ni si quiera es una obligación. Es decir, entendemos que es su responsabilidad, pero una responsabilidad qué a su edad empieza a ser más un ejercicio voluntario que una imposición. Por lo que nuestra actitud frente a ello es de asesoramiento más que de imposición. Nuestro mensaje ha de ser motivador, no obligación o exigencia, es invitarle a comprender la importancia que es esfuerzo tendrá sobre lo que el es, sobre su vida, algo como os he dicho anteriormente muy difícil, pues él esta en el aquí y ahora, y eso que ve no es estudio ni responsabilidades. Por eso, es una labor motivadora, más que impositiva.
- Ante hechos graves, como la mentira, los hurtos, el consumo de drogas, nuestra actitud ha de ser firme. Pero no confundamos firmeza con agresividad. Ser firmes, es mantener una postura clara antes esos actos. Expresar nuestra disconformidad y tratar de hablar con él de los hechos, de sus motivos y de soluciones. La opción que pasa por nuestra mente siempre es el castigo, pero como os he dicho esto funciona poco. La expresión de nuestro malestar, nuestra decepción, y nuestra calma y expresión firme, sorprende más que el castigo (es lo que espera y para ello está preparado), pero para el dialogo, para una actitud proactiva de los padres, no. Nuestra tensión emocional, nuestra decepción, ya es para él un castigo. Aunque parezca que no, le duele y el sabe que ha hecho las cosas mal. No se trata de recriminar, ni reprochar, se trata de actuar en busca de opciones. Será importante invitarle a reflexionar sobre ello, que nos proponga una manera de corregir el hecho, o bien reponiendo el dinero, pidiendo disculpas, etc. Como hemos dicho, buscamos corregir su conducta, no castigarla.
TDAH: PROTOCOLO DE ACTUACIÓN EN AULA.
Como abordar el TDAH dentro del aula. Una guía para padres y profesores
PROGRAMA REALIZADO POR LA JUNTA DE ANDALUCÍA COMO PROTOCOLO DE ACTUACIÓN PARA DOCENTES CON ALUMNOS TDAH
Muchos padres se preguntan cómo pueden ayudar a sus hijos con ciertas dificultades, al igual que también si hay algo que les pueda ayudar a conseguir sus objetivos curriculares y mejorar su adaptación al centro, normas, etc. Pues bien, si lo hay, entre otras cosas los centros docentes tienen marcado a través de Delegación de Educación protocolos de actuación en diversos casos como: TDAH, trastornos de conductas, etc. Protocolos que se han elaborado por profesionales especializados, para que los docentes tengan pautas claras de como actuar ante estos alumnos, cómo dirigirse a ellos, cómo prevenir, y cómo usar los refuerzos o castigos. Una guía bastante práctica y útil, que como principio general, estaría muy bien si fuese aplicada por todos los integrantes del cuerpo docente de los centros y los orientadores se encargasen de trasmitirla y respetar de manera firme y con confianza. Realizando una labor de integración, adaptación y atención tanto a las NEE de estos alumnos como al profesorado dotándolo de formación y conocimiento a la hora de proceder dentro del aula.
Esta guía ofrece a los padres información sobre protocolos de actuación establecidos por delegación de educación y junta de Andalucía, para unificar criterios sobre cómo abordar determinados problemas de conductas o convivencia dentro del aula o centro educativo. Es decir, existe una manera de trabajar, existe la información y puede existir la formación, así como, el desarrollo de habilidades en el profesorado para ejecutarlo. Serán los equipos directivos y de orientación de cada centro quienes tengan la obligación de aplicar dichos protocolos e incentivar la formación de los docentes en dichas dificultades. Siendo este, uno de los principales problemas con los que nos encontramos en la educación de hoy, la falta de información y formación en el manejo de conductas problemas dentro del aula y comprensión de las determinadas patologías que pueden confluir en un grupo educativo.
Orientaciones a nivel del aula.
Medidas organizativas para el alumnado con TDAH:
- Diseño y puesta en práctica de un clima de aula estructurado, claro y seguro.
- Conocimiento del equipo educativo del trastorno del alumno o la alumna y del trato que precisa como tal. Coordinación explicitada en acuerdos del equipo educativo respecto al tratamiento.
- La colaboración en la aplicación de las medidas y en la adaptación de materiales entre el aula ordinaria y el aula de apoyo a la integración. Mediante la anticipación de las actividades, el uso de la agenda, y a través de instrucciones sencillas y claras. En algún caso, puede ser conveniente la supervisión frecuente del alumnado, especialmente en los momentos de transición (cambios de clase, traslados, recreos...).
- Prever las ayudas personales a las que recurrir en caso de que sea necesario: co-tutorización de este alumnado mediante la creación de la figura del alumno o alumna ayudante, profesorado de guardia, profesorado de apoyo, monitor o monitora, orientador u orientadora, profesorado de Pedagogía Terapéutica, etc.
- Organizar la jornada de este alumnado favoreciendo su integración y rendimiento en base a los recursos del centro. Por ejemplo, cuando sea posible el profesorado de P.T. podría trabajar ofreciendo el apoyo dentro del aula.
- Ubicación de este alumnado en un grupo no excesivamente numeroso, tranquilo, estable, estructurado y fácilmente predecible:
- Establecer una regulación de los recorridos habituales (buscar la mejor ubicación de los materiales del aula, los murales, la papelera, etc).
- Evitar lugares de paso, ruido, cerca de la ventana o de la papelera...
- Situar a este alumno o alumna cerca del profesor o profesora.
- Controlar estímulos visuales y sonoros. - Establecer en el aula, de forma explícita y pública, pocas normas, claras, utilizando claves para su mejor comprensión (carteles, pictogramas, script sociales, canciones,...) expresadas en términos positivos, es decir, el comportamiento adaptativo deseado (por ejemplo, es más eficaz indicar “permanecer sentado” en vez de “no levantarse”) así como consecuencias consensuadas y aceptadas. Mostrarse firme en el cumplimiento de las reglas, evitando las amenazas.
- Regular mediante normas el uso del material común y personal.
- Asignar alguna responsabilidad a estas personas en el aula y establecer “cargos” de forma rotativa.
- Concretar los procedimientos de ayuda mutua entre compañeros y compañeras (tutoría de alumnos y alumnas, ayuda entre iguales).
- Manifestar expectativas positivas, actitudes respetuosas; potenciando la autoestima y la vinculación afectiva al grupo clase.
- Observar los momentos de mayor rendimiento de este alumnado y estructurar las tareas en función de estos. (generalmente, su punto de óptimo rendimiento se sitúa en las primeras horas de la mañana, antes del recreo).
- Combinar diferentes formas de agrupamiento en función de la motivación y de la respuesta de éste a las diferentes actividades.
- Proponer tareas estructuradas, cortas (10-15 minutos), bien secuenciadas, explicitando los pasos a seguir, asegurando el éxito en las actividades proporcionando las ayudas verbales, manipulativas, visuales necesarias y evitando los errores.
- El material de aprendizaje deberá ser altamente estimulante, ya sea por su formato, color, etc. aunque sin exceso de estímulos que no sean relevantes para la tarea.
- Identificar el tiempo medio que suele trabajar sin distraerse y supervisar con frecuencia el trabajo para orientarlo.
- Ayudar a este alumnado que verbalice sus acciones para facilitar las funciones ejecutivas.
- Emplear calendarios y agendas sencillas que permitan estructurar las tareas, la jornada escolar o rutinas... Diseñar una hoja de registro positiva para anotar los progresos del alumno o alumna.
- Utilizar diferentes tipos de refuerzo contingente a la conducta, si es posible, alternativa e incompatible con la inadecuada. Se debe reforzar todas las conductas de mantenimiento de la atención sobre el material de aprendizaje. Puede ser útil algún programa de economía de fichas individual y grupal también. Así como enseñarle a autorreforzarse. Es útil utilizar cronómetros para controlar los tiempos de concentración y descanso. Para los alumnos más pequeños el tiempo mínimo de rendimiento conllevaría la administración de reforzamiento inmediato (una ficha). Los tiempos mínimos deberán aumentarse según avance el programa y dependiendo de la edad del alumno o alumna.
- Proporcionar biofeedback respecto su comportamiento para que sea consciente de sus acciones.
- Establecer en el aula alguna zona para relajarse, dedicando algunos minutos cada día para esta actividad.
Para más información descargue el protocolo completo. Como le he dicho la información y la formación es necesaria para poder hacer frente a las dificultades que hoy día pueden presentar nuestros hijos. Tome unos minutos y dedique un tiempo a ocuparte y no preocuparte. Practica la Vida.
ANSIEDAD: EMPEZAR A ENTENDERLA Y AFRONTARLA
¿Cómo superar la ansiedad?
Superar la ansiedad pasa por aprender a vivirla y superarla, no evitarla
Las crisis de pánico son una reacción de nuestro organismo ante situaciones de estrés intenso. Estas situaciones de estrés pueden ser reales o imaginadas. Posteriormente, las crisis de ansiedad se mantienen, por el miedo del paciente a sufrir nuevas crisis, ya que los síntomas son tan desagradables que acaban desarrollando una fobia a los mismos.
Normalmente, el paciente con crisis de angustia asocia los síntomas con la posibilidad de sufrir un infarto, desmayarse, volverse loco, sufrir un infarto cerebral, etc.
Los síntomas de una crisis de ansiedad son:
- Taquicardia, aceleración del corazón.
- Dolor en la cabeza, la nuca
- Dolor en el pecho.
- Sensación de ahogo.
- Hormigueo por la cara, el brazo, etc.
- Dolor en el brazo.
- Dolor de espalda.
- Rigidez Muscular.
- Debilidad en las piernas.
- Visión Borrosa.
- Descomposición de vientre
- Dolor de barriga
- Sensación de nauseas
- Sensación de embotamiento.
- Etc
Normalmente, el paciente empieza a desarrollar un miedo intenso a estos síntomas, el cual, le hace sentir inseguro en situaciones de desprotección, entendiendo por desprotección, todas aquellas donde el paciente se aleja de su domicilio, se siente solo, lugares que no conoce y no tiene controlado y sobre todo cuando se expone a pensamientos, ideas o imágenes de contenido catastrófico.
También empieza a desarrollar un hábito, como ir a consulta médica cada vez que siente un dolor o síntoma, cosa que lo relaja, pero qué al mismo tiempo, es lo que principalmente mantiene las crisis de ansiedad. Al igual, que empieza a adoptar conductas de protección de mucho tipo en busca de seguridad: llevar botella de agua, pastilla en el bolso, pasar por sitios conocidos, elaborar rutas de seguridad, etc.
Por tanto, las crisis de ansiedad llegan a ser muy limitantes si el paciente no hace nada por afrontar su fobia o miedo a las sensaciones del cuerpo, así como dejar de hacer su vida normal.
COSAS A TENER EN CUENTA
- Las crisis de ansiedad no son peligrosas. ¿Recuerdas alguna vez que te haya pasado algo grave durante una crisis?, ¿Cuántas veces te ha dado un infarto?, ¿Cuántas veces te has desmayado?.
- La crisis de ansiedad es una reacción de tu organismo para protegerte. ¿Es normal que en situaciones de miedo, tu corazón se acelere, tus músculos se tensen y tu respiración se acelere?.
- Las crisis de ansiedad son pasajeras. Duran unos 20 minutos a lo máximo. Las sensaciones posteriores es la inquietud del paciente a que pueda venir otra. ¿Cuántas veces no se ha parado la crisis?.
- Las sensaciones corporales que tienes durante una crisis, no son indicativas de nada grave. Solo te advierten de que debes tranquilizarte.
- Sabes, después de tanto tiempo de sufrir crisis de ansiedad, que no te ha ocurrido nada malo, que las sensaciones se pasan, que todo lo que sientes forma parte de tu ansiedad, que te has hecho pruebas de todo tipo y todo esta perfecto.
- Todas las pruebas médicas han indicado que tu organismo funciona perfectamente. ¿Cuántos análisis o electros te han dado negativos?.
- Cuando te vuelva a dar una crisis de ansiedad, siéntate e intenta tranquilizarte, respira despacio, y deja que los síntomas se pasen, solo estas teniendo un a crisis.
- Son mis pensamientos los que me hacen sentirme así.
- Solo son mis ideas, si las enfrento comprenderé que las cosas son de otra manera.
- Es importante para mí, pensar lo que pienso, y conseguir madurar, sin creer todo aquello que pasa por mi mente.
SI TE DA UNA CRISIS DE ANSIEDAD O PÁNICO, COGE ESTE PAPEL Y CONTESTA A LAS PREGUNTAS
- ¿Qué te esta ocurriendo?, ¿Cuántas veces te ha ocurrido lo mismo o algo parecido?.
- Esto que estas sintiendo, ¿lo has sentido antes?.
- Normalmente, ¿ cual ha sido el desenlace?.
- Las pruebas médicas que te han realizado, ¿ qué te han dicho?.
- Después de haber escuchado a los médicos, ¿ qué puedes concluir?
- ¿Entonces que sabes de lo qué te ocurre?
- ¿Qué información tienes sobre lo que te pasa?
- ¿Cuándo piensas en desmayarte, crees que estás pensando de manera racional?, ¿puede ser un pensamiento exagerado, irracional?.
- ¿Habría otra forma de pensar más objetiva y adaptativa que ayude a afrontar este momento?.
- ¿Quedándote en casa, ir a consulta de un medico, no ir algún sitio, te ayudaría a superar tu miedo?
- ¿Qué debes hacer?, ¿esto sería lo mejor para ti?, ¿Cómo lo llevarías a cabo?. Explica la manera.
- Hoy día, te has enfrentando a situaciones ansiógenas, ¿Qué puedes sacar en conclusión?.
- Según lo que tu has vivido ¿son las crisis peligrosas o mortales?.
CÓMO DEJAR DE SUFRIR
Sufrimos por la manera en que nos contamos los hechos de nuestra vida
Hoy día nadie quiere sufrir, no queremos experimentar dolor, o sentir aquellas emociones que nos generan las contrariedades y dificultades que nos encontramos en el camino. Sentir se hace desagradable. Y curiosamente, cuanto más nos esforzamos en dejar a un lado el sufrimiento, más intenso y fuerte se hace. Por lo qué, deberíamos hacernos algunas preguntas: si evitar sufrir me hace sufrir aún más, ¿habría alguna otra fórmula que me permitiera reducirlo? y dentro de esas posibles formulas ¿aprender a sufrir sería una de ellas?, ¿entender su por qué, comprenderlo y entenderlo podría hacer mejorar mis habilidades para afrontar los hechos que acontecen en mi vida, por muy desagradable que estos sean?. Me gustaría que te permitieses abrir tu mente a esta posibilidad y para ello, me gustaría darte algunas claves o principio donde iniciar tu cambio psicológico.
- Fusión y Evitación: Dos claves para entender el sufrimiento en la persona que padece cualquier tipo de fobia, ansiedad o depresión.
- La fusión se produce por la creencia literal de lo que pensamos. Hecho que se produce por la reacción física-emocional que experimentamos tras la aparición de cualquier contenido cognitivo en nuestra mente.
- Hoy día, son pocas las amenazas externas que nos causan sufrimiento. Sin embargo, nos exponemos constantemente a la amenaza interna: pensamientos que anticipan catástrofe, que nos denigran, que nos cuestionan, que nos culpan, que nos incapacitan o nos infravaloran.
- Este tipo de contenido nos conecta y fusiona con la emoción, consiguiendo que lo asumamos como una realidad tangible. Algo inminente y ante lo que nos sentimos indefensos, llegando así a trastornar nuestro presente.
- La evitación es la respuesta que damos tras esa fusión, la forma que nuestro cerebro emocional tiene de protegerse ante la posible amenaza.
- Si voy a enfermar no voy al médico, si todos me miran y critican no salgo, si voy a suspender no hago el examen, para qué lo voy a intentar si voy a fracasar, para que amar si la relación terminará, etc.
- Actuamos según el mensaje que damos en nuestra mente, un acto de protección, aunque el hecho del cual huimos no exista o tenga poca probabilidad de suceder.
- La evitación en todas sus formas tanto mental como física son las que agravan y mantienen nuestro sufrimiento.
- Aprender a comprender que las ideas, pensamientos, recuerdos son solo eso, contenido mental no hechos reales ni probables, que son solo posibilidades y especulaciones que en la mayoría de las ocasiones están muy lejos de ser o si quiera surgir.
- Atreverse a desafiar nuestro mundo mental a través de nuestros actos es clave para dejar atrás el sufrimiento psíquico. Afrontar o exponerse es necesario para llegar a comprender la verdadera realidad de nuestra vida.
- Hoy día la psicología nos permite dotar al paciente de herramientas para salir de esas fusiones cognitivas y exponerse a la vida con éxito.
Practica la vida con consciencia, desde la realidad del acto presente.
NO TE TRATES COMO UN ENFERMO
Los desajustes emocionales son parte de nuestra experiencia de vida no una enfermedad
La ansiedad, la depresión, las fobias, tus miedos y tristezas, en general, no son enfermedades y mucho menos estados incurables o intratables, tampoco son problemas médicos que requieran de medicación como primera opción de tratamiento, como muchos pensáis.
No son un problema de falta de serotonina, ni enfermedad de tus neuronas, ni de transmisores neurobioquímicos, se trata de aprendizajes, temperamento, actitud, de cómo te hablas a tí mismo y te comportas. Se trata de ganas, de formación e información tanto en su exceso como en su defecto, de constancia, atrevimiento, voluntad, saber decir no y otras un SÍ grande a la vida.
Dejar de sufrir consiste en aceptar, comprender lo que uno es, lo que nuestras circunstancias de vida nos ofrecen y son, tener la flexibilidad suficiente para adaptarte a los cambios y saber ser compasivo con uno mismo y los demás. Dejar la depresión y la ansiedad también consiste en afrontar, dialogar y encontrar esa solución en el apoyo de un hombro amigo o simplemente dejarse acompañar, saber pedir perdón y perdonar, pedir y dar ayuda, se trata de activarse, moverse y dirigirse a un objetivo, una meta que nos haga empezar a sentir ilusión.
La ansiedad y la depresión requieren de esfuerzo y constancia, de exponerse a los miedos, de no huir ni evitar, de asumir que superar un problema no significa esperar a sentirse bien para hacerlo, sino hacer para poder iniciar los recursos que te permitan superar las dificultades, pues no confundas el alivio de un fármaco “a veces”, con solucionar un problema para siempre.
Exponerse a tus traumas, vivir las sensaciones físicas que produce un ataque de pánico, mantenerse un centro comercial a pesar de que todo tu cuerpo grita que huyas, no huir ante la idea de que me puedo morir, o no dejar de afrontar los cuidados de tu hijo por el miedo a pensar que le puedes hacer daño, son actos necesarios para superar estos desajustes emocionales para siempre.
Dormir, ocultarse en un cuarto bajo la protección de la oscuridad o tras los fármacos para justificar tu falta de ganas, tu falta de iniciativa, tu necesidad de desconectar, solo te harán parecer más enfermo/a, más débil, más vulnerable y por tanto más incapaz de dar soluciones por ti mismo/a. Tu autoestima se ira diluyendo como una pastilla efervescente en el agua hasta confundirse con tu miedo con tu piel y empezarás a dejar de ser tú, con lo que te embriagará una fuerte sensación de indefensión y dudas, que te hará vulnerable y la depresión y la ansiedad tus únicas compañeras.
La ansiedad y la depresión se van cuando se les da la cara, cuando tomamos la responsabilidad de nuestra vida y decidimos no ser enfermos y SÍ, personas capaces de aceptar lo que estamos viviendo y tomar las riendas de nuestro propio destino, cuando decidimos buscar todas las opciones que nos permitan aprender otra manera de afrontar nuestra vida sin más premisas que aprender a sentir.
AVANZAR EN LOS BLOQUEOS MENTALES
Algunas pequeñas claves que te permitirán avanzar en momentos de bloqueos
¿Cómo avanzar en un momento de contrariedad, dificultad o sufrimiento?
La verdad, es que llegado este momento, todo se vuelve complejo y duro. Nuestra mente se nubla y en la mayoría de ocasiones sólo queremos huir, ponerle fin a la situación. No queremos sufrir.
El bloqueo y la tensión nos impiden avanzar.
Pero qué recursos tengo para sobreponerme a esto:
1. Aceptar: estarás cansado/a de que te digan esto, pero es la realidad. La única puerta que debemos abrir para seguir, es aceptar los hechos. Vivir la contrariedad sin más, entender que es una posibilidad en nuestra vida y ha llegado, la cual, hemos de afrontar y vivir, si o si. El negarte a ello, es esconderte en la oscuridad de la ansiedad o depresión. Aceptar, es una labor que requiere tiempo y dedicación.
2. Entender: una vez aceptado, hay que comprender como son las cosas, como funciona muestra mente. Entender las reglas nos permite jugar con garantías. La vida tiene sus reglas o formas, la mente también, hemos de trabajar con ellas. La vida es eso, VIDA. Algo dinámico, lo que ahora es, dejó de serlo al instante, teniendo que realizar un constante acto de readaptacion. Por eso, esperar o crear expectativas, idealizar, etc, es una gran torpeza, que nos lleva a la frustración. La realidad duele pero no te hace sufrir.
3. Enfócate en la acción presente: ahora que has aceptado y entendido las formas y reglas, sólo te queda actuar. La experiencia de seguir viviendo y estar presente te permite elegir y cambiar las cosas que dependen de ti. Centrarse en ellas y actuar, es el único objetivo real y adaptativo. Acepta tu responsabilidad y comprende que eres la única persona que podrá ayudarte a salir de cualquier situación que vivas. Solo has de saber que tienes una maravillosa herramienta para ello, TU CAPACIDAD DE ELEGIR.
MALTRATO: TU PUEDES IMPEDIRLO
Esta es una historia de violencia de género, la tuya puede ser una realidad. Denuncia
La Verdad de María
Siempre vivió ocultando su vida tras la sombra de su marido. Siempre sometida a los caprichos y deseos de todos aquellos que la rodeaban, subyugada a las costumbre, a la moral antigua de una ética escrupulosa basada en el que dirán, en la culpa y, en el miedo a crecer por encima de lo que se esperaba de ella. Nunca supo o, mejor dicho, nunca quiso expresar lo que sentía, lo que le dolía o rompía su propio ser. Pensaba que seguramente molestaría o generaría conflictos que después no sabría acallar. Temía a la palabra infame, a la que hiere por lo que no dice, por lo que sugiere, atravesando el alma y helando sus sentidos. Se perdía en el grito, en el gesto miserable de unos ojos que la despreciaban e ignoraban, en la tensión de un cuerpo que dejaba de ser su refugio, de darle calor, para convertirse en un pedazo de acero frio y letal.
María siempre pasó desapercibida, sus paseos al mercado, a cualquier mandado, los hacía deprisa, huyendo de la amenaza constante del tiempo. Nunca lo tuvo, nunca lo quiso para vivir y sí para limpiar, lavar, planchar o cuidar con esmero las necesidades de todos, las suyas, se esfumaron con cada lagrima tragada, con cada queja entripada en lo más profundo de sus intestinos.
Alguna vez, fue a tomar un café, a comer con su marido y sus hijas, se sentaba y agarraba su bolso, depositado sobre sus piernas con una fuerza inusual, parecía que aquel bolso sostuviera lo que quedaba de ella, era un ancla que la protegía de la deriva, de perderse en la angustia y el pánico que le provocaba la posibilidad de vivir un minuto de placer. Pensaba que disfrutar era un mal augurio, algo que no merecía, algo que provocaría la ira de los dioses. Fueron tantas las veces que su gozo quedó ahogado en el pozo oscuro de la tristeza, del dolor provocado por la traición. Vivir esperando que te desgarren el alma por el simple hecho de sonreír, acaba provocando que tu única opción de vida sea el silencio y vivir de espaldas a la emoción.
A sus ochenta años, después de haber sobrevivido a los envites del destino impuesto por la mano implacable del miedo, a las puñaladas hirientes de una educación basada en callar y soportar hasta no escuchar los golpes, de guardar con celo su dolor y llegar a mantener a salvo la única idea que la mantuvo en pie, sus dos hijas, se daba cuenta de su gran error, que no sólo había sido permanecer durante tantos años al lado de aquel hombre, sino otro imperdonable, uno que al ser consciente le quitaba el poco aliento que le quedaba. Lo supo tarde, aquel día, cuando sentada frente a su hija mayor, la vio sujetar su bolso como un naufrago se agarra a su salvavidas.
Si no gritas por ti, hazlo por ellas. Practica de la VIDA sin MIEDO.
#016 Atención a todas las formas de violencia contra las mujeres.
WHATSAPP DENUNCIA MALTRATO: 600 000 016
VIVE SIN MIEDO
- SVIsual: http://www.svisual.org
- Telesor: https://www.telesor.es
- WhatsApp: 600 000 016(este número solo admite WhatsApp, no admite llamadas de teléfono)
- Chat online: violenciagenero.igualdad.gob.es
- Correo electrónico: 016-online@igualdad.gob.es
- DTS o teléfono de texto: 900 116 016
EL AMOR PUEDE SANAR TU SALUD MENTAL.
El amor a través de los actos, del afecto físico, pero sobre todo a través de las palabras: las que te tu te dices
Cuantas veces has podido oír cosas como: quiérete a ti misma, respétate, valórate, tienes muy poca autoestima, etc., en definitiva, expresiones que ponen en evidencia una triste realidad, que has dejado de amarte. Algo imprescindible para poder llevar nuestras vidas de manera emocionalmente sana.
El amor, que se dice pronto, parece ser hoy día un concepto caduco, vivimos acelerados, con mucha prisa, tanta, que hemos dejado de valorar aquellas cosas que realmente son importantes para nosotros, todo se vive de manera superficial, no hay entrega, no se quiere profundizar, ni tampoco hay interés en realizar el esfuerzo que significa amar.
Amar, en la actualidad es reducido a los momentos álgidos que produce el placer. Lo cual, nos lleva constantemente a un estado de desamor y decepción constante, pues el momento orgásmico del amor, aunque es intenso, dura poco.
Buscamos una constante pasión, qué aún, siendo una forma de amar, nos lleva en muchas ocasiones al sin sentido, a la pérdida de control, a la pérdida de nosotros mismos. Otras veces, nos encontramos envueltos en vivencias idealizadas de un amor romántico, un deseo de que todo ha de ser como nosotros queremos o hemos experimentado en nuestras fantasías, y que en la mayoría de las ocasiones dicta mucho de la realidad. Este amor, nos lleva a la comparación, a la búsqueda de nosotros en los demás, lo cual, nos destruye poco a poco.
Estas formas de amar nos mantienen en un constante conflicto emocional, en un rechazo a gran parte de nuestra vida y de nosotros mismos. Cada acto que realizamos a diario puede estar lleno de amor y aceptación a nosotros mismos o de rechazo y abandono. Cuando dejamos de vestirnos con alguna prenda que antes nos encantaba porque pensamos que no nos sienta bien, cuando dejamos de vivir una experiencia por temor al qué dirán, cuando frenamos nuestros sueños por temor a no ser capaz, cuando dejamos de tomar una decisión por temor al fracaso o su consecuencia, cuando callamos nuestros sentimientos, etc. Todos estos actos, son una falta de respeto y amor hacia uno mismo y cuando llega este instante, la ansiedad, la depresión, en definitiva, el desajuste emocional se instaura en nuestras vidas, nuestra persona se ha visto deteriorada por haber dejado de creer en nosotros mismos, por haber dejado de ser importante para ti.
Por lo tanto, una de nuestras prioridades en terapia, en la vida, es volver a hacer que las personas se amen, vuelvan a encontrarse consigo mismas, aceptando lo que son, viviendo su ser con intensidad, sin miedo, aprendiendo a conectar su verdadera identidad con su presente. Y SÍ, se puede. Uno puede, si quiere aprender a amarse. Decía Erich Fromm, que el amor es un arte, un sentimiento que todos podemos generar, pero que necesita un exquisito cuidado para que se mantenga. Si deseamos aprender a amar, debemos proceder de la misma manera en que lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería, etc. Dedica tu tiempo a practicar el amor, al igual que al arte de PRACTICAR LA VIDA.
Las palabras las carga el diablo: el lenguaje interno como instrumento de cambio.
El respeto empieza por uno mismo. El modo en como interpretas o te cuentas los hechos de tu vida son la primera causa de tu sufrimiento. Aprende a usar las palabras, aprender a pensar de manera adecuada, aprende el poder que tienen las palabras dirigidas con amor.
ADOLESCENTES: EDUCAR EN VALORES
Aprender a usar un móvil no es el futuro. El futuro es aprender a vivir con valores.
RESPETO TOLERANCIA OBEDIENCIA ORDEN AMISTAD ESFUERZO HONRADEZ AMOR
La rebeldía, la irreverencia, la valentía con su exceso de impulsividad y su punto de violencia, (a veces), la confusión, son aspectos del ser humano que aparecen en muchas ocasiones, sobre todo, en el camino de la adolescencia a la vida adulta, donde se supone que se integran y aprenden todos esos conceptos de convivencia que nos permiten vivir como una sociedad avanzada y civilizada.
Pero cómo hacer de nuestro adolescente un rebelde y no un mal educado, es decir, un hombre o mujer con capacidad de crítica, de rebeldía (ser capaz de luchar por unos intereses individuales y colectivos sanos) e interés hacia lo nuevo, en una búsqueda constante del cambio que los haga crecer en todos los aspectos. Un adolescente motivado, curioso, con la valentía suficiente para tomar de la vida aquello que requiere esfuerzos y dedicación sin que tengan que sufrir la frustración de su propia desidia y debilidad psíquica.
A pesar de que hoy tienen las herramientas para ser más capaces y evolucionar de una forma más rápida y mejor, nos encontramos con jóvenes muy perdidos, sin interés, sin necesidades, parecen títeres descabezados, dejándose llevar por los impulsos que marcan las tendencias impuestas por: influencers, youtubers que quizás tengan menos formación que ellos, redes sociales que los llevan a horas sin consciencia, recibiendo millones de estímulos inútiles que colapsan y anulan sus capacidades cognitivas. Chavales que son incapaces de marcarse metas que tengan una coherencia y consistencia en su día a día.
Hemos perdido el sentido de lo que significa EDUCAR, de lo que significa hacer que nuestros hijos crezcan, que realmente sean capaces de adaptarse al futuro que les tocará vivir, y que como estáis viendo, será altamente complejo. Darle un móvil, una tablet o un PC, no es enseñarles el camino hacia el futuro, menos aún, cuando somos incapaces de trasmitirles los valores necesarios para que se descubran como seres, como personas llenas de recursos y potencialidades maravillosas, capaces de entender el universo si se lo proponen y sobre todo, de trasmitirles el que tengan interés por ellos mismos, que entiendan que el principio de todo esta en el respeto y amor a uno mismo. Y no desde el EGO inútil que nos lleva a la envidia y la soberbia, sino el amor y el respeto a lo que somos y lo importante que cada uno de nosotros es para el resto de la sociedad.
Por mucho que nos pese, antes, esta labor, las hacían las religiones, todas ellas se encargaban de trasmitir valores a través de su Espiritualidad, algo tremendamente necesario, la búsqueda de la moral, de una vida psíquica sana a través de la formación intelectual, cultural, y la práctica de la virtud: encontrar la firmeza para afrontar las dificultades y poder avanzar, desde el respeto a la vida y libertades de los demás, desde la voluntad y creencia en uno mismo, sin sucumbir a los impulsos, buscando el bien común.
Mantén una buena educación en valores como Práctica de Vida y darás un futuro a tus hijos.
TUS EMOCIONES TE DICEN CÓMO, ¡ESCÚCHALAS¡
Controlar tu ansiedad o salir de tu depresión, pasa por aprender a SENTIR
Emocionarse, es algo único y maravilloso, pero al mismo tiempo complejo y temido. Las emociones tienen un sentido y se manifiestan a través de todo nuestro cuerpo.
Del tamaño de media nuez, la amígdala cerebral se encarga de producir todas nuestras emociones con una única función aprendida a lo largo de nuestra evolución como seres vivos, sobrevivir.
Sentir es tan necesario como el agua. Es algo de lo que nos nutrimos constantemente, permitiendo que seamos capaces de comprender y adaptarnos a todo lo que va aconteciendo a nuestra vida.
Y si es tan necesario y tan útil, por qué las tememos.
Porque no las conocemos, porque solo tomamos de ellas, lo desagradable, sus sensaciones corporales. Incluso, algunas personas, hasta las agradables les producen miedo: "mucho me estoy riendo, seguro que pasará algo", nos da pavor sentir felicidad.
Pero es que a veces, necesitamos ser zarandeados para despertar, para salir de situaciones tan difíciles y ambivalentes, que nuestro inconsciente tiene que tomar el camino duro para que te des cuenta de que has de moverte, activando tus recursos para buscar tu equilibrio.
Tomar las emociones nos permite conectar con nosotros mismos por unos minutos, si sabes mirar y sentir, entenderás tus necesidades y como estas, están activando una cantidad de energía extraordinaria para que te ocupes de satisfacerlas. Evitarlas o huir de ellas en ese instante hace que esa energía se vuelva como un bumerán y vaya contra ti. Siendo esto, lo que ocurre frecuentemente por tu resistencia a vivir tu emoción.
La emoción es un canal que nos radia todo lo que ocurre de importancia tanto dentro de nosotros, como en el exterior, sólo has de aprender a sintonizarlo y escuchar la melodía perfecta.
LA ADOLESCENCIA Y SUS TRAMPAS
Los sueños no se consiguen por azar. Todo requiere esfuerzo y dedicación
Conseguir nuestros sueños, es una consecuencia de practicar la vida intensamente
Atrapados en las prisas, en nuestros egos, en la necesidad de poseer y tener, abandonamos nuestra existencia y capacidad de ser en los brazos del deseo, de una esperanza impulsiva y exigida, que si no llega y no nos da lo que creemos merecer, nos hunde en la más dura depresión y sentimiento de fracaso.
Evitar o huir de la realidad, además de creer de que todo nos ha de llegar de forma inmediata y directa, nos perturba tanto, que hoy día se ha convertido en la primera fuente de ansiedad y depresión.
Pasamos de la euforia impulsiva de lo que creemos que nos ha de venir, al fracaso y sentimientos de inutilidad que trae el no recibir ese regalo de los DIOSES.
Abandonar la esperanza, soltarnos de los deseos y agarrarnos con fuerza a unos objetivos reales o metas alcanzables, al igual que aceptar y comprender que la única opción para alcanzar aquello que nos proponemos es a través del esfuerzo, la dedicación y el tiempo, nos devolverá al equilibrio y estabilidad que necesitamos.
Un equilibrio mental sustentado en los pilares más sólidos que una persona puede tener, nuestra RESPONSABILIDAD y nuestra ACTITUD. Factores necesarios para conseguir la AUTOCONFIANZA necesaria, que nos permitirá afrontar y superar cualquier contrariedad.
La realidad, a veces duele, pero no te hará sufrir. Vivir el presente, tomar el instante como la única posibilidad que tenemos para influir y modificar nuestras vidas, es una herramienta muy poderosa, que habrías de aprender a usar. Practicar la vida es la única forma de acercarse a tus sueños.
César Manrique decía que “la vida es un instante, y un instante es la vida”. Y al igual que el artista era capaz de basar su creatividad en la esencia de la naturaleza que lo rodeaba, volviéndola más funcional y poderosa a nuestros ojos y vida, nosotros hemos de conseguir lo mismos, ser capaces de encontrar nuestra esencia, nuestra naturaleza y a través de soluciones creativas ajustadas a cada uno de nosotros, saber amoldarnos y adaptarnos de manera funcional a nuestro presente continuo.
La experiencia toma más fuerza aún, cuando uno hace un ejercicio completo de inmersión, cuando conseguimos dejarnos llevar a través de la calma, cuando conseguimos mirar y entregarnos a la esencia de lo que estamos viviendo, algo, que sólo es posible, cuando confiamos en nosotros mismos, cuando nos sabemos capaces, a través de nuestros recursos, de abordar cualquier dificultad que el camino nos presenta. El reto de la vida es, no perderse ninguno de esos instantes, permanecer anclados a nuestra realidad, escapar de disociaciones y huidas mentales que nos arrastran a la espiral del sufrimiento y la impotencia.
La vida esta para vivirla una y otra vez, como una inocente gota de agua, la cual es capaz de transformar y agujerear la roca con su constancia. Conseguir nuestros sueños, llegar a acercarnos a lo que una vez nos propusimos, solo lo podremos conseguir a través de una PRACTICA de VIDA consciente, creativa y constante.
LOS DESAJUSTES EMOCIONALES NO SON ENFERMEDADES MENTALES
Estar ansioso, triste, depresivo nada tiene que ver con una enfermedad mental
Siento dar esta noticia a muchos, al igual que espero que a otros los alivie, y es que la depresión, la ansiedad, las fobias, los problemas de adaptación o de habilidades sociales, no son enfermedades mentales, sólo son desajustes emocionales. Y os preguntaréis cual es la diferencia, os explico: una enfermedad mental tiene una base orgánica, es decir, tiene que ver con un fallo en los procesos neurobiológicos del sujeto, o bien adquirida por alguna enfermedad: tumor, ictus, etc., hablamos de enfermedades como esquizofrenia, trastorno bipolar, demencias, etc. Un desajuste emocional tiene una base aprendida y forma parte de la manera que tenemos de afrontar los hechos vitales, es decir, es una respuesta a problemas de la vida cotidiana, el resultado de como reaccionamos a una ruptura, a la muerte de un familiar, al estrés laboral, etc.
Como podéis observar e imaginar su abordaje terapéutico es muy distinto. No es lo mismo abordar una esquizofrenia que un desajuste derivado de nuestra respuesta emocional a una ruptura. El primero requiere de un abordaje psicofarmacológico como primera opción de tratamiento mientras que el segundo requiere de una intervención (si fuese el caso) psicológica de asesoramiento o reestructuración como opción, además de dejar que el tiempo también forme parte de la elaboración que requiere superar una ruptura.
La mayoría de los problemas psicológicos que vienen a consulta derivan en primer grado de las dificultades que las personas encuentran para afrontar las distintas reacciones emocionales que aparecen al encontrar ciertas contrariedades en el uso de la vida. Y hablo de uso, pues esta es la realidad, cuando usamos la vida nos vemos expuestos a multitud de circunstancias que derivan en un sinfín de complicaciones que requieren de soluciones, y estas pueden variar desde la simple y dura aceptación (primer requisito para abordar cualquier contrariedad), hasta la más compleja y dolorosa de las soluciones.
El problema está, cuando queremos convertir una simple respuesta emocional en una enfermedad mental. Es decir, cuando decidimos que no queremos sentir, que no queremos vivir la experiencia que nos está complicando la vida, cuando negamos la evidencia y la realidad de los hechos que vivimos, en definitiva, cuando queremos escapar o huir de las circunstancias que nos han tocado vivir o la que hemos llegado a través de nuestras decisiones. Es en ese momento, cuando empezamos a traumatizarnos y buscamos soluciones fáciles y rápidas como empezar a tomar psicofármacos o decidir abandonar el esfuerzo, porque pensamos que así, evitaremos sufrir. A partir de ese momento nos asumimos como enfermos, empezamos a dejarnos y huimos de la vida, queremos cerrar los ojos y escondernos bajo las sábanas de una cama, olvidando que lo único que nos aliviará y nos hará retomar de nuevo la calma será afrontar el problema, vivir el momento a pesar de que la emoción que nos provoque sea intensa y desagradable. El uso de la vida nos ofrece no solo momentos difíciles sino la madurez y experiencia necesarios para asumir tu vida con emoción.
Practica la vida. Emociónate, ríe, llora, grita, tiembla, eso quiero decir que estas vivo no enfermo.
EL ANTIDEPRESIVO MEJOR DEL MUNDO
Drogarnos, frente a alimentarnos de manera adecuada.
Los mejores antidepresivos y ansiolíticos se encuentran en tu mercado de toda la vida. Cuidarse es más lento pero más efectivo.
Comer antidepresivos o ansiolíticos no es la solución. Tampoco los recursos homeopáticos, al igual que la fitoterapia, o el uso indiscriminado de oligoelementos, pero es lo que tienen las prisas, los remedios inmediatos, y por supuesto adictivos. Alguno dirá, la solución está en la psicología, pues no, también se equivoca, la psicología y sus terapias tampoco son milagrosas, más cuando se trata de cambiar y modificar los hábitos de vida. Ahora bien, os aseguro una cosa, cuando uno está dispuesto a aprender, desarrollar todos sus recursos y entiende que la mejor forma para avanzar y crecer es el esfuerzo y trabajo diario, entonces, SI SE PUEDE. Si esto no es así, pronto vendrá el abandono, mantenimiento y agravamiento de los problemas.
Como os he dicho, cambiar nuestros hábitos de vida es un aspecto fundamental, dejar a un lado las rutinas en las que estás cayendo tanto de pensamientos como de conductas será prioritario.
Hay aspectos al que se le da poca importancia cuando se trata de prescribir soluciones que ayuden a mejorar nuestros estados de ánimo, y uno de ellos es la ALIMENTACIÓN.
Llevar unos hábitos de vida saludable es esencial para mantener tanto un buen rendimiento cognitivo como físico.
Hoy día, las farmacéuticas nos invaden con productos diferentes a los antidepresivos, es más, este tipo de fármacos se han dejado de investigar al nivel de hace unos años, perdiendo el interés de científico-médico, ahora son los complejos vitamínicos y los oligoelementos los que vienen a nuestro rescate.
Hoy, se prescribe Triptófano, un aminoácido esencial que nos ayuda a producir melatonina y serotonina, ambas relacionadas con la regulación del sueño y nuestro estado de ánimo, respectivamente. Pero qué alimentos nos ayudan a aumentar nuestros niveles de triptófano: queso, pollo, claras de huevo, pescado, leche, etc. Claro, pero ponerse a cocinar un buen pescado al horno, o realizar la receta de pollo en salsa de la abuela es mucho más costoso enérgicamente, que tomarse una capsulita. Además, ¿para qué tendríamos que sentarnos a la mesa y disfrutar de un buen almuerzo en la compañía de los tuyos?. Mejor tomarnos una roja y acostarme un rato, que no tengo yo el cuerpo para nada. ¡Así nos va con la depresión¡
También se nos recomiendan los Omegas 3 y 6 unas grasas esenciales que se transforman en EPA y DHA y que nos ayudan a mejorar el dolor y la inflamación (Fibromialgia), endurecimiento de las arterias (ictus), cardiopatías, desequilibrios hormonales (menopausias), etc. Y dónde se encuentran, pues en el potagito de la abuela (legumbres), un buen espetito de sardinas, un buen salmón fileteado, una lubina al horno, una buena ensalada con su aguacate y unos frutitos secos, etc., es decir, que no hay nada mejor que saber cómo alimentarse de forma saludable. Así que ¡déjate de pastillitas y pasa por la cocinita¡, con lo que ello significa: Salir, ir a la compra, pasear, relacionarte, compartir, planificar, decidir, etc., en definitiva, tener un sentido de vida, moverte, socializar, sentir y trabajar tu mente, como os digo en muchas ocasiones, eso es VIVIR.
PRACTICA LA VIDA DISFRUTANDO DE UNA BUENA DESPENSA Y NO DE UN GRAN BOTIQUÍN.
ATAQUES DE PÁNICO: EMPEZAR A COMPRENDERLOS
Parece que me muero, pero... Parece que me desmayo, pero... Parece que me ahogo, pero...
La realidad es que un ataque de pánico nada es lo que parece.
Hace algún tiempo tuve el placer de asistir a un espectáculo maravillosamente conducido, interpretado y ejecutado por uno de los grandes Magos actuales como es el Mago POP. Todo fue Magia con un final aún más mágico si cabe. Ilusión e ilusionismo, el uso de todos los sentidos para hacer de lo imposible una hermosa realidad. Un imposible que tu mente sugestionada y atrapada en la más extrema emoción llega a confundir con algo tan real como tu propia existencia. Y es que nuestro subconsciente no sabe discernir lo real de lo no real, solo siente y produce pensamientos, ideas y especulaciones.
Bien, pues una cosa parecida ocurre hoy día con lo que tiene atemorizados a casi el 20% de la población mundial, hablo de los Ataques de Pánico, Crisis de Pánico o también conocidas como Crisis de Ansiedad. Y digo parecido, pues es lo que ocurre durante la crisis: un imposible que en tu mente sugestionada y atrapada por una emoción extrema llega a vivirse como realidad. Y digo imposible, porque todo lo que ocurre nada tiene que ver con lo que té piensas que ocurre, es decir, todo parece pero no es.
Pero entonces, ¿qué es un ataque de pánico y por qué se produce?, ¿Qué no es?, ¿qué podría hacer para poder afrontarlo la próxima vez que ocurriera?, ¿se quita?, ¿volveré a ser normal?
A diferencia del espectáculo de magia que no podría darte explicación real sobre lo que allí ocurrió pues no sé los entresijos del ilusionismo de escena y menos aún de la teletransportación, si puedo decirte de manera real y científicamente contrastado que una ataque de pánico no es una enfermedad mortal, ni la antesala de un infarto al corazón, tampoco un ataque de locura, ni siquiera se aproxima a la posibilidad de desmayarte en pleno ataque de pánico o perder el control de tus actos. Aunque a ti te lo parezca, NO ES, ni tiene nada que ver.
Entonces QUÉ ES un ataque de pánico: es la aparición brusca de una serie de sensaciones fisiológicas producidas por la activación de tu Sistema Nervioso Autónomo, concretamente el Sistema Nervioso Simpático, el cual a su vez controla casi todos los órganos de nuestro cuerpo produciendo un montón de sensaciones físicas cómo: taquicardia, sudoración, flashes de calor y frio, sensación de ahogo, hormigueo, entumecimiento, sensación de presión en el pecho, desrealización, etc. y que son interpretadas como peligrosas o el inicio de algo incontrolable.
Y POR QUÉ se produce: pues por regla general por el acúmulo de estrés provocado por situaciones vitales que se mantienen en el tiempo o son vividas de manera intensa, como por ejemplo: un problema de trabajo, pareja, una mala noticia, esperar un resultado médico, etc.
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Vale, puedo entenderlo, pero me ahogo y mi corazón parece que va a estallar y a veces tengo una sensación extraña de embotamiento, como si todo se escapase a mi control. Me entran mareos y creo que voy a desmayarme, al mismo tiempo que unas ganas enormes de salir corriendo.